Sólo ocultamos lo que duele

En un sobrio consultorio dos amigos odontólogos comparten una anécdota sobre una mujer, Inés, encasillándola como una mujer fácil. Ella fue amiga de Gastón en su infancia y está por llegar al próximo turno para que le arregle un diente. Mauro está ansioso o más bien deseoso de conocerla y viendo que su compañero no se encontraba muy bien insiste en hacerse cargo de la paciente. Este encuentro plagado de sensaciones sobre el sillón estomatológico será el inicio de un triángulo emocional y a medida que transcurre la historia se irán descubriendo las capas herrumbradas de los personajes.

Los procesos corrosivos son diferentes para cada uno:  un vínculo tóxico, un trauma del pasado o una profesión frustrada por un mandato familiar. ¿Qué prejuicio los estigmatiza? ¿Qué es necesario saber de cada uno para develar quiénes son? ¿Hay una verdad definitiva? La relación entre ellos irá mutando en la medida en que sentimientos que hasta ese entonces parecían totalmente ajenos los vayan poseyendo, a veces de un modo incontrolable. Y es en ese volver a sentir es que aparece el alivio, que los anestesia un poco ante un mundo exterior asfixiante  sobre el que a veces se proyectan fantasías para poder sobrevivir.

El texto, bajo la dirección de Gonzalo de Otaola, mantiene un ritmo rápido desde el primer momento: se enciende la luz y la acción comienza, montando la acción en forma de una comedia amarga en la que hasta lo peor se suaviza con el humor.

El título hace referencia al óxido nitroso que se utiliza como anestesia y que además tiene la propiedad de generar risa, o una sensación eufórica de no saber bien qué está pasando, y por momentos la obra genera ese mismo efecto.

La música, la escenografía y la iluminación logran un microclima consolidado, un contraste entre el mundo interior y el ventanal imaginario hacia un cartel publicitario, ¿es el mundo exterior un gran cartel publicitario?.

Las actuaciones hacen que simplemente el espectador quede inmerso en la trama, atrapado ante la expectativa de un suceso tras otro. Muestran un gran compromiso en ajustar cada detalle haciendo visible no sólo en la expresividad del diálogo sino también en sus gestos el cómo el cuerpo rápidamente se entrega ante la necesidad de sentir alivio.

Ficha:

Actuación: Guillermo Berthold, Natalia Santiago, Gerardo Serre.

Dirección y dramaturgia: Gonzalo de Otaola.

Género: Comedia.