La dialéctica del amo y el esclavo

En el interior de una casa antigua, vive una señora, interpretada por Leonora Balcarce, que, enquistada en una silla de ruedas, piensa, transmite en sus palabras cierto tono de tristeza, una mirada reflexiva que se aparta al observarse en el espejo circular, como buscando un recuerdo de su propia imagen.

Todo sucede hasta que llega la empleada doméstica, interpretada por Lucila Mangone, para realizar el trabajo de cuidadora, atendiendo las necesidades de la señora, ocupándose de la limpieza del hogar mientras dialogan sobre la vida y la dependencia que sufren. En este aspecto, hay semejanzas al texto de Beckett, donde los personajes expresan en “Esperando a Godot”: “¿sufre? Entonces vive”.

En un diálogo plagado de tensiones, se deja apreciar la diferencia de clase, una dialéctica de amo y esclavo donde los roles pueden ser intercambiables, como si la dramaturgia de Norman Briski nos dijera que el esclavo desea el lugar del amo para reproducir la misma historia.

Cuando todo parece desarrollarse como una despedida de una empleada y su “patrona”, llega a escena un tercer personaje, Elizabeth, la hermana de la empleada doméstica que viene a reemplazarla en las tareas domésticas profundizando la tensión en la obra como la apertura de un acto tenebroso.

En cuanto a la iluminación se destaca por momentos la transición de la tensión y el reposo, cuando sobreviene la calma, la luz alumbra la totalidad de la escena y en los momentos de conflicto, una atmosfera de oscuridad, de cuento de terror invade la escena con una luz tenue.

En relación a la musicalización y el sonido, la primera escena deja entrever que la obra esconde algo terrorífico bajo su aparente calma. De hecho, algunas intervenciones de voz en off fueron realizadas por Norman Briski, representando un personaje perturbado.

Por último, la vestimenta es acorde a la representación de la obra, donde la señora lleva un vestido y la empleada doméstica, ropa informal, dando cierta naturalidad a la escena representada por destaca actuación de Leonora Balcarce y los dos papeles que interpreta Lucila Mangone.

La obra “No te vayas con el amor o sin él” dirigida por Romina Ricci y con dramaturgia de Norman Briski, demuestra en sus diálogos, la potencia y la vigencia de que el teatro es una arena de combate donde se puede problematizar la cotidianeidad bajo la dialéctica del amo y el esclavo que aún permanece en las relaciones interpersonales y en el mundo.

Ficha:

Intérpretes: Leonora Balcarce y Lucila Mangone

Dirección: Romina Ricci

Género: Drama