Musicales en pequeño formato
Una sala íntima, un íntimo escenario (valga la redundancia), nos presentan “Mini Musicales 2”, en la sala Cortázar, haciéndonos ser parte de casi un secreto en cada acto que contemplamos. Se utiliza el espacio “contenido” muy bien organizado, entre utilería, objetos escenográficos y el espacio para los actores. Las mini historias abarcan la música desde un lugar naif, en el sentido tierno, dulce e inocente, manifestando insatisfacciones que se recompensan dándole cantos en los diferentes fragmentos de cada escena. La música lleva puesta la bandera del hilo conductor ó por momentos se mete en el desarrollo de los discursos.
«EVENGELINA EN ESPERA»
Este primer mini musical, una mujer soltera, ve pasar la vida, buscando el amor, de frontera en frontera, poniendo como escenario una valija y su charango la acompaña en sus momentos de reflexión. A lo largo de todo su viaje, nos damos cuenta que no puede desprenderse de la voz de su madre ó de su voz interna, paradójicamente, en la continuidad de la escena cuenta sus relatos de momentos vividos convirtiéndolos en melodías un tanto melancólicas con un toque de comicidad. Interpreta: Laura Silva y voz en off: de Carolina Papaleo. Dirección: Carolina Papaleo
«YO MATE A CARLOS GARDEL»
Dos sillas y el telón negro de fondo, no hace falta nada más para enmarcar este consultorio. Alguien golpea la puerta, en medio del lugar una mujer que por su aspecto y actitud, sin dudas es la analista , lleva una agenda en la mano y lápiz, anteojos; al escuchar que alguien llama, se acerca a la abrir, para lo que recorre toda la sala, una vez que ingresa el paciente, ambos van hacia el escenario y la sesión comienza.
El está inquieto y alterado, según cuenta cometió un crimen y necesita que la especialista lo ayude, ella hará todo lo posible por comprenderlo.
En este caso la música es fundamental, ya que la selección de temas cuenta la historia, acompaña el relato, sirve de soporte para lo que se da en escena.
Los intérpretes con Nora Pavón y Emiliano Giannotti. El libro y la dirección son de Fabricio Origlio.
Y por último se nos presenta:
«TE VI»
Una mesa en el medio del escenario, dos sillas y a un costado izquierdo un mostrador con bebidas, creando una atmósfera de bar son e marco de este musical.
Una mujer charla con el mozo mientras él le sirve el café que solicitó. Como hoy un diálogo no alcanza, ambos están pendientes de su celular, dando a entender que esperan que alguien llame o escriba.
De pronto se miran y surge una canción que va a contar todo lo que pasa en el lugar, un perfecto resumen de hechos y sentires, una puerta que se abre… o alguna que se cierra. Actúan: Florencia Otero y Julián Pucheta. Dirección: Pablo Razuk.
Cada cuadro nos lleva a un lugar distinto; una estación de tren, un consultorio y un bar; todos contando un desencuentro en distintos colores, como los pensamientos se enredan y no hay explicación sobre la frustración; entonces, se unen en la música, el canto en vivo tan apreciado.
En la superficie se puede ver el fracaso de todos haciéndolo canción, la soledad por delante manifestando la neurosis de sus acciones, los protagonistas intentando alcanzar un deseo furtivo, un poco esfumado, desistiendo el descanso y la música de nuevo liberando sensaciones de lo que sucede, lo que sucedió y lo que tal vez nunca sucederá.
Si bien estos tres musicales son independientes entre sí, se presentan como un todo y nos brindan la posibilidad de ver tres espectáculos en uno. Este es un diferencial del micro teatro «normal», donde se paga una entrada por obra, en este caso, es una entrada para tres !
Lo que respecta a la puesta de luces, esta es general, baña el mini escenario que nos convoca. A pesar de estar muy cerquita de los actores (por ende de la escena), nos sienta muy cómodo como espectadores el desarrollo de los climas en los cortos fragmentos, haciéndonos ser parte con ellos de sus movimientos.
Los apagones tienen precisión, haciendo que al culminar cada escena se eleve la energía y volvamos a recordarla desde el principio.
La escenografía por momentos parecería que fuéramos nosotros, o por lo menos lo sentí, cuando en una escena, los actores pasan por el medio de los espectadores, igualmente lo que se ve de front, es un telón negro que abraza el conjunto. Es muy agradable ver teatro con tan pocos elementos materiales, eso under que lo vuelve mágico y con una continuidad en el tiempo que mantiene al espectador intrigado y con vértigo al estar tan cerca del espacio escénico.
Los desarrollos en general nos muestran al musical como un bombeador de aire dentro de la comicidad trágica que muestran sutilmente en cada historia apreciada. Doble función en un día domingo de frío. Excelente para ir a ver teatro!
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