La irreverencia de vivir

Mafalda es la protagonista de esta historia: es una mujer de aproximadamente 80 años, viuda, madre de familia, abuela, jefa de hogar. También es pícara, irreverente, moderna, está deconstruida, es libre. Vive en Haedo, pero se va de fiesta (¿clandestina?), a la casa de una amiga, a San Francisco Solano. Disfruta la vida plenamente y se permite experimentar aventuras sorprendentes e impensadas.

“Mafalda” es un unipersonal protagonizado por Celeste Campos, una actriz que es todo un hallazgo: histriónica, desenvuelta, potente, cómica, y tiene una magia especial para vincularse con la platea. La comunicación entre ella y el público es constante, no desde la participación obligada, si no desde la comodidad. Los espectadores contestan, participan, porque se sienten cómodos, identificados, cercanos a la historia y el código actoral elegido por Celeste; es destacable porque no es habitual.

Esta pieza cómica habla acerca de ella, de Mafalda, su visión de la vida y como la transita. También de sus singulares amistades, y cómo a través de la escapada a una fiesta conoce al amor. En el medio sucederán muchas otras cosas, claro; varias serán desopilantes, inolvidables, bizarras, risueñas, pero con la fuerza necesaria para sacar una carcajada.

La escenografía, la lumínica, los objetos, los efectos sonoros, todo a cargo de Nicolás Cruz, plantea lo justo y necesario para acompañar el relato, y ambientar cada momento y lugar que el personaje trae a la escena. Es simple pero preciso, y en este caso lo despojado, es una fortaleza.

Esta obra, escrita y dirigida por la protagonista, hace que el público viaje al mundo de esta mujer, planteando un humor único, singular, transgresor, necesario. Un unipersonal para reír desde principio a fin, imperdible. Se puede decir que Celeste Campos consigue lo que busca: conquistar el corazón de todos los espectadores.

Ficha

Actúan: Celeste Campos

Dirección: Celeste Campos