La eterna normalidad

“Porque mi vida entera me inmole por la docencia estoy aquí.”

En el año 2002, Juan Pablo Geretto adquiere gran popularidad en un concurso de humoristas del programa de televisión “VideoMatch”. Ahí muestra una de sus tantas composiciones: La maestra. Este personaje entrañable convierte rápidamente el set en una clase. Nada escapa a la mirada de esta docente cuya vocación consiste en formar a los niños y niñas que serán el futuro de nuestro país. Es así como el público adulto vuelve al aula. En esa evocación se conecta con su infancia, la escuela y el recuerdo de alguna maestra que lo acompaño en esa etapa de la vida. Porque la educación, tanto como la familia, el trabajo, son instituciones que nos atraviesan. Nos marcan como individuos, pero a su vez como sociedad. Y como toda institución, la educación, tiene características muy definidas que pueden ser fácilmente ridiculizadas. La sala de maestros, los actos escolares, el trato diario con los alumnos, los medios rudimentarios con los que lidia un docente día a día para llevar su tarea a cabo, la emulación de los próceres que definirán un ideal de ciudadano, la idea de vocación como estandarte que sostiene la profesión, serán algunos, entre otros, los lugares comunes por los cuales este unipersonal nos hará transitar desde la butaca de la sala; con mucho humor, ironía y desfachatez.

La dirección, autoría e interpretación están a cargo de Juan Pablo Geretto. Es un espectáculo ya consolidado a lo largo de los años. El trabajo actoral es impecable; baila, canta y se desplaza con sobre el escenario con una gran precisión y talento. La síntesis lograda en la composición de este personaje, sin dejar escapar un solo tic del estereotipo del docente, hace que el espectador esté todo el tiempo conectado con la escena rememorando situaciones propias de su paso por el ámbito escolar. Hace del cliché una creación genuina, admirable, empática.

La situación es muy sencilla: se está ensayando el acto de inauguración del patio techado de la escuela. La maestra estará a cargo tratando de que nada falle, lidiando con los imprevistos que frecuentemente ocurren en dichos eventos. Todo el auditorio, en un momento, formará parte de esta preparación. Las luces juegan un rol fundamental. Frente a un escenario despojado, donde solo hay una silla con su escritorio, generarán distintos climas y ámbitos. Una puerta que se abre para interrumpir el ensayo, una salida detrás de escena donde un alumno se esconde por vergüenza, la interacción con la maestra quien solicita que se prendan o apaguen como parte de la escena, son algunas de las intervenciones en las cuales se apoya la puesta en escena.

La maestra normal es un clásico. Una propuesta con mucho humor, que nos lleva a recorrer nuevamente ese paso por la escuela como los chicos que solíamos ser, pero desde una mirada adulta. Un reencontrarse con la nostalgia de esa infancia que tanto buenos recuerdos nos dejó, y a la vez también permitirnos una mirada reflexiva e incisiva sobre nuestra educación.

 

Ficha:

Autor y director e intérprete: Juan Pablo Geretto