Somos seis amigos de verdad

Seis amigos, una historia en común, una fiesta y algo que se rompe. Es domingo, todos están muy cansados porque estuvieron en una fiesta hasta altas horas de la madrugada, pero Dennis (Andres Rovetto) los convoco misteriosamente y ahí están, todos en su casa, a las 11 de la mañana.

Cuando hace muchos años se fueron de viaje de egresados a Córdoba, trajeron de recuerdo, un vaso que para ellos sería mucho más que eso, se transformaría en un cáliz, a partir de ese momento sería el único recipiente valido para tomar fernet y su uso (como también su cuidado), se regiría por un reglamento que entre todos construyeron, por eso ese simple vaso, paso a ser un símbolo de su amistad y unión.

La noche anterior, en la fiesta, el cáliz se rompió, pero no se sabe quien es el responsable, por lo tanto, esa mañana, tendrán que repasar cada momento de la fiesta para dilucidar quien carga con la culpa.

Esto da lugar a una sucesión de hechos desopilantes, donde cada uno no solo juega su rol, sino que va supliendo los de otros invitados para poder contar la historia.

Un espectáculo realmente hilarante, en el que cada uno de sus protagonistas realiza una minuciosa construcción de personaje, llevándolos al extremo pero sin caer en el grotesco, son personalidades palpables y cotidianas, muy diferentes entre sí, aunque a su vez, es evidente que han logrado complementarse a la perfección.

Es así que Bruce, el cheto (Federico Baron), El Brian, el no tan cheto (Juan Guilera), Miguel, el más serio de todos (Juan Paya) Ricky, el winner (Agustín Sierra) y por supuesto Dennis, el más sensible, se enfrentan a un momento crucial en su longeva amistad.

Los seis actores están impecables, generan una dinámica en escena, que no da respiro, otro guion de Juan Paya que no defrauda, tiene todos los condimentos para que esta obra coral genere risas permanentes en la platea y el lucimiento en un género nada simple, como es la comedia, de todos sus intérpretes.

La dirección está a cargo de Héctor Díaz, quien logra que ese ritmo y esa cuasi simbiosis en escena de los protagonistas, sea sumamente efectiva y atractiva.

La escenografía, está muy bien lograda por Augusto Latoraca, ya que es muy funcional para el movimiento de los actores, permitiendo generar diferentes espacios y comunicarlos en el off, para el desarrollo de la historia; como también así, diseño diferentes espacios que son activados cuando se requiere que la acción pase allí.

Un espectáculo que más allá de las risas, revalora y enarbola el valor de la amistad; sin dudas, otra excelente propuesta de Escena Catorce para las noches porteñas.

 

Ficha:

ELENCO: Federico Baron, Juan Guilera, Lucas Merayo, Juan Paya, Andrés Rovetto, Agustín Sierra

DIRECCIÓN: Héctor Díaz