La demolición

La demolición

Ficha

  • Datos de funciones:

    Domingos a las 20:30 hs.
    Teatro El Tinglado

  • Prensa:

    Alfredo Monserrat

 

De qué lado estar

Un hombre de mediana edad llega temprano a su lugar de trabajo. Viste un traje, prolijo pero modesto. Su andar delata tener larga trayectoria de mañanas de oficina; sin embargo, su entusiasmo es como el de un novato. Muestra optimismo, energía,  alegría por iniciar su actividad. Mira algunos papeles, eventualmente atiende el teléfono, De pronto, otro empleado, pero de otra empresa, entra y se sorprende y mucho, de verlo ahí. Lleva ropa de obrero y porta un casco de protección. Su tarea del día es demoler ese mismo edificio y el resultado de esta rápida inspección de seguridad va a complicar su jornada de trabajo.

Una obra de Ricardo Cardoso, que fuera estrenada en 1999 y que hoy, en esta nueva puesta, dirigida por Miguel Ávila, vuelve a mirarnos de frente. Casi una fotografía de una imagen recurrente en nuestra realidad: los procesos de desindustrialización del país se reinstalan repetidamente, como si no termináramos de entender la importancia de fuentes de trabajo sólidas para establecer un cotidiano social favorable y nos dejáramos envolver por sirenas de voces foráneas que nos ofrecen espejitos de colores mientras nos saquean.

Dos hombres comunes, trabajadores. Ambos servidores de la misma maldición: pagar sustento con sudor, fuera de los ideales o sueños. Estos dos, que podrían ser amigos, compañeros de bar, socios, parientes, se encuentran enfrentados a pesar de estar en el mismo escalón. Uno quiere convencer al otro de retirarse del lugar para proceder con la demolición. El otro, sin embargo, está lejos de acceder; ese lugar está lleno de vida como para tirarlo abajo. Las historias de todos los empleados que pasaron por allí: sus asados de fin de semana, sus chanzas, sus días compartidos año tras año durante muchísimos tiempo. Todo eso está ahí y él lo está habitando para que no muera.  Cardoso presenta un personaje muy concreto, el obrero, que tiene dolencias físicas y emocionales, esposa, parientes, jefes, en fin, alguien muy real, y lo contrapone con el empleado, un personaje un tanto  onírico, un tanto atemporal, muy bicho de oficina con una pizca de Bartleby, en otra frecuencia,  lo que da lugar a algunas situaciones disparatadas e hilarantes en medio del drama que se vive y ofrece un final inesperado.  Los protagonistas, Edgardo Nieva y Rubén Stella,  conforman  un equipo de lujo que construyen esos personajes llenos de vida  tan queribles y una performance impecable.

Ficha:

Protagonizada por Edgardo Nieva y Ruben Stella, con puesta en escena y dirección de Miguel Ávila.

Categorías: Reseñas

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