Del texto a la escena, el desafío del artista.

«Escritor fracasado» es un texto que forma parte del libro «El jorobadito» (1933) de Roberto Arlt donde se relatan las relaciones entre la figura tan respetada del escritor y su obra dentro del hermético circuito artístico. Todo desde un perspectiva mordaz hacia el campo intelectual y su público, mundo que Arlt conocía demasiado bien y en el cual fue muy cuestionado en su época debido a su estilo de escritura.

En su paso a la escena, Marilú Marini y Diego Velázquez, también protagonista y único personaje de la obra, ponen en evidencia las réplicas de este texto en la actualidad dando no sólo un panorama sobre el campo intelectual sino además una reflexión sobre los intrincados caminos del ego y del ser argentino.

Desde el inicio el espectador se ve sumergido en la intimidad del artista, en su pequeño mundo privado, realizando sus particulares rituales cotidianos. En la destartalada Sala Luisa Vehil llena de andamios, plásticos, pedazos de parqué, todo en plena construcción; el escritor fracasado, interpela directamente al público, grita, baila, divierte, se adueña de todo el espacio. Reflexiona sobre su vida, sobre su relación con otros artistas y con los lectores, destinatarios de su privilegiada labor. No soy nada, se lamenta ya que él encierra una paradoja en sí mismo, un escritor que no puede escribir. Su única novela reconocida y premiada lo condena. El éxito no tiene memoria, dice. Y lejos de querer generarle simpatía a la audiencia, trata de repelerle. Es el héroe antihéroe.

La música incidental es efectiva y puntual, lo mismo el juego de luces resumiéndose todo al trabajo actoral, destacándose la excelente interpretación de Velázquez ante un texto tan complejo, tan cínico. El ritmo de la obra es vertiginoso y extremo, componentes necesarios en el paso de las palabras del texto de Arlt a la representación en escena ya que como lo declama el soberbio protagonista ¡Qué pobre es la palabra!.

 

Ficha:

Adaptada y con: Marilú Marini y Diego Velázquez