La dulce espera, a veces no es tan dulce

Esta obra cuenta la historia de un embarazo que no fue buscado. Mora (Francisca Bodas) y Oliver (Juan López Boyadjian), se encuentran de repente en una dulce espera que por momentos no es tan dulce. Al enterarse de qué un bebé viene en camino, la sorpresa los atrapa, pero con el tiempo, la convivencia, los nervios, y el cansancio, esa sorpresa se transforma en discusiones y peleas constantes.

Mora quiere tener todo bajo control, planear con anticipación y leer todos los libros de maternidad habidos y por haber. En cambio, Oliver, transita la situación de una manera más relajada, pensando en que será mejor improvisar en el momento y ver cómo se van dando las cosas. Esta diferencia de carácter entre ambos genera una fricción constante, que muestra lo que se vive en un embarazo con todos sus matices incluyendo visitas al médico, ropa que ya no entra y libertades que ya no están.

Musicalizando este musical hay una banda, situada a un costado del escenario dirigida por Juana Lafita e integrada por Tomas Ríos (piano), Lucas Aguirre (violín), Sebastián De Lahitte (Bajo) y Juan Gutiérrez (Batería). Entre escena y escena llevan a cabo canciones originales que, con un estilo fiel al género, logran acoplarse a un guion qué pasa por climas muy variados; la proyección a futuro del bebé cuando crezca, El cansancio extremo de Mora, qué pasa con el amor de pareja mientras tanto, etc. Los dos protagonistas, ejecutan las canciones con naturalidad, prolijidad, y mucha química entre ellos.

La obra transcurre mayormente en la casa de Mora, que se ambienta con unos pocos muebles como un sofá, una mesita, un par de sillas, y un escritorio. Cuándo hay un traslado de los personajes hacia otros lugares como el hospital, se utilizan estos mismos muebles resignificándolos, por ejemplo, transformando el par de sillas en la sala de espera. Esto se ve muy bien acompañado de los cambios de luces, que se atenúan para generar climas más íntimos, se acentúan para lograr el efecto contrario, y dividen las escenas con apagones.

La historia fluye de una manera ágil y dinámica, además puede verse el trabajo de la dirección y puesta en escena que le da vida y movimiento a la obra escrita por Juan Ignacio Bruzzo. La dicción de los actores es clara y ayuda a que el espectador pueda estar atento a cada detalle y seguir la evolución de la obra sin problema alguno.

Ficha:

Interpretes: Juan Lopez Boyadjian, Francisca Bodas

Directores: Tomas Massun y Carolina De Gennaro

Género: Teatro Musical