Los valores de la política

En medio de un álgido momento político, Francisco (Roberto Vallejos) y Alejandro (Gustavo Pardi), se reúnen en el despacho del primero, como lo hicieron toda la vida, para charlar un rato y distenderse.
El despacho está en una sede del partido Nuevo Camino, un lugar en el que no cesan las idas y venidas, puesto a que se acercan las internas para determinar quien será candidato a Presidente y obviamente quien lo secundara; todo indica que Francisco es número puesto al sillón presidencial y que su amigo de toda la vida, sería su mano derecha, es decir, el vice.
Lo que comienza como una charla amena, de amigos que se juntan a tomar unos tragos cuando termina su horario laboral, para relajarse, poco a poco se va cambiando, la atmosfera y los ánimos se van tiñendo, el aire se vuelve más denso en la oficina, hasta el punto tal que respirar, pareciera que se hace casi imposible.
Esta obra que tiene un increyendo en la curva tensional con la velocidad justa, que no da pasos en falso, que naturaliza la situación, es aplicable a cualquier tiempo y espacio, seguramente ese partido puede ser cualquier partido del mundo y la fecha no importa, aplica al momento que cada uno imagine. Las constantes de la política, las tristes líneas generales que todos sospechamos que están, que se encuentran ocultas y acechan a quien se le atreva, donde desde el más limpio hasta el más corrupto ser que decide ingresar a ese mundillo, queda expuesto y es tentado por sus garras. ¿Hasta dónde es posible escapar de ciertas tentaciones? ¿cuánto pesa esa mano invisible que llama sin cesar, frente a las convicciones y las lealtades con los otros y con uno mismo?.
Una mirada suspicaz de lo que pasa puertas adentro de quienes gobiernan o pretenden hacerlo, una historia intensa que tanto su autor, el español Ignasi Vidal, como quien la versionó, Elio Machi, supieron contar un hecho aislado, que se podría extrapolar y sin embargo, seguir teniendo el mismo peso y sentido. Una “pequeña” historia, muy bien contada, que se siente cercana.
Corina Fiorillo, no deja de hacer las cosas bien. Logra una vez más que el espectáculo sea creíble, sentido, que llegue, que el espectador sienta que esta espiando por el ojo e una cerradura lo que pasa en el escenario. Hace que sus actores se muevan y se desempeñen con suma naturalidad, como así también que se complementen y comprometan con su trabajo y con la historia.
Por su parte tanto Gustavo como Roberto son sublimes en escena, verlos es ver una clase de actuación, envuelven al público con su hacer, se sacan chispas durante toda la obra, excepcionales trabajos.
Una obra que deja ojala no reflejara lo que ocurre puertas adentro, una historia de ficción, una de esas que deseamos que la realidad no la supere, con un muy buen relato y una excelente resolución escénica. Sin dudas, para verla.

Ficha:
Dirección CORINA FIORILLO
Con Roberto Vallejos y Gustavo Pardi
De: Ignasi Vidal
Versión: Elio Marchi