Día a día

Un gran living, mesitas, sillones y una enorme biblioteca llena de libros, algunos videos… también espacios vacíos, cajas en el suelo con más libros y VHS, todo indica que estarían reacomodando las cosas. En la otra pared, la que da a la cocina, los ladrillos están picados, el caño de agua expuesto, roto y si bien hasta el momento contenía el agua, ya no, ahora deja que fluya.

Ese es el hogar de Juan (Julio Chávez) y su hijo Federico (Matías Recalt), un chico de 21 años, con retraso madurativo. Ellos viven juntos hace cinco años; Andrea (Alejandra Flechner), su mamá, vive en otro lado con su nueva pareja.

Juan es un documentalista muy reconocido, que hace todo lo posible para contactarse con su hijo y darle lo mejor de sí, internamente es un volcán en ebullición, pero Fede no se entera… no hace falta.

Desde hace quince años, Mechi (María Rosa Fugazot), ayuda con el cuidado de “El chico”, como suele decirle, pero un episodio en el que se ve involucrada, hace que todo pueda tomar un giro diferente en sus vidas.

Una cosa lleva a la otra, provocando que Juan y Andrea (quienes aparentemente se siguen queriendo mucho y llevándose muy bien), tengan una dura charla, en la que, entre otras cosas, se preguntan, que va a pasar con Fede cuando ellos no están. Quizá sea un buen momento para que Juan haga lo mismo que el caño y deje de contener.

Este espectáculo, que cuenta con la dramaturgia del mismo Chávez, junto a Camila Mansilla, toca un tema delicado y fuerte, pero sin la necesidad de golpes bajos, habla desde lo cotidiano, permitiendo que dos personalidades muy diferentes, planteen su mirada y puedan fundirse en pos de otro.

Un elenco impecable, en el que Julio y Alejandra le sacan chispas al escenario, haciendo que sus largas charlas, sean una clase magistral, llena de vetas, fluidez, un desarrollo de la curva tensional completamente relajado y preciso, sin dejar de lado la química que tienen.

Con la impecable dirección de Daniel Barone, que una vez más, demuestra su oficio y se afianza en el teatro, los hechos se suceden con tal naturalidad, que el público puede sentir que está espiando ese living. Un director que se caracteriza por entender las historias que cuenta y a sus personajes, trabajando desde ese lugar, colmando sus obras de colores y matices, que hacen que sea un placer verlas.

El resto del elenco, es decir, María Rosa, Matías y Mariano Musó (el albañil), acompaña de manera completamente acorde, personajes sinceros y creíbles, sin forzar nada, los cinco logran estar en sintonía y sincronía.

“Después de nosotros”, es muestra fiel, que los temas duros, no tienen porque impulsar a rasgarse las vestiduras, sino que incluso, se pueden tratar con algunos tintes humorísticos.

Dicen que las casas, son el reflejo de quienes las habitan, esta en particular, visualmente es ordenada, organizada, impoluta, pero en realidad ahora están saliendo a la luz algunos caños rotos que provocan que se inunde, que ahoga a sus habitantes, requieren un cambio, alguien que tome cartas en el asunto y trate de enmendarlo; realmente es muy interesante ver, como se resuelven las cosas, cuando todo está a punto de estallar. A veces es solo cuestión de parar, mirar alrededor y confiar.

 

Ficha

Dirección: Daniel Barone

Protagonistas: Julio Chávez Alejandra Flechner María Rosa Fugazot Matías Recalt Mariano Muso