Presos digitales

Realizar un viaje introspectivo al mundo digital y su impacto en la vida contemporánea, en los tiempos que corren, no es poca cosa. Una serie de escenas que muestran las experiencias de un grupo de cuatro personas, permitirán analizar esta inmersión en la vorágine tecnológica en la que el mundo está sumergido.

En esta obra, dirigida con maestría por Mariela Asensio, la escenografía minimalista de una caja negra con solo cuatro sillas blancas con ruedas y algunos instrumentos musicales (una guitarra y un bajo), permite que el foco recaiga en la interacción entre los personajes y su relación con la tecnología.

A lo largo de la obra, se destaca la presencia de una pantalla de fondo donde se proyectan imágenes animadas que complementan el minimalismo escenográfico. Estas imágenes añaden una capa visual adicional a la narrativa, enriqueciendo la experiencia teatral y proporcionando un contexto que resalta los temas abordados en la trama. Desde flashes relacionados con el uso excesivo de la tecnología hasta representaciones simbólicas de la conexión digital, estas proyecciones añaden profundidad al mundo creado en el escenario, reforzando el mensaje central de la obra.

Las actuaciones de Vanesa Butera, María Figueras, Paola Luttini y Pablo Toporosi se destacan por su versatilidad y entrega. Butera, en particular, hipnotiza al público con su potente y melodiosa voz cantada, mientras que las otras dos actrices muestran una ductilidad corporal, un manejo escénico y una proyección vocal que enriquecen cada pasaje. Toporosi acompaña dignamente con su ejecución instrumental, añadiendo capas de profundidad a la narrativa. Definitivamente, las actuaciones se destacan gratamente.

Aunque algunas escenas pueden parecer desconectadas entre sí, la dirección hábil de Asensio logra mantener un hilo conductor que explora el excesivo uso de la tecnología, especialmente los teléfonos celulares, en la vida cotidiana. La obra invita a la reflexión sobre la dependencia digital y sus consecuencias en la sociedad contemporánea.

La dirección de Mariela Asensio brilla ya que es la hábil guía de los actores a través de las diversas escenas y asegura la necesaria cohesión narrativa a pesar de la aparente desconexión entre algunas de las escenas. Su enfoque en la organicidad y la plasticidad de los intérpretes permite que la obra fluya con naturalidad, mientras que su elección de una escenografía minimalista resalta la fuerza de las actuaciones y el mensaje central de la obra. Cabe destacar que ella es además la dramaturga de esta perla teatral.

La iluminación, cuidadosamente diseñada para resaltar momentos clave y crear atmósferas evocadoras, añade variaciones y diversas texturas al espectáculo, complementando de manera efectiva la dirección de Asensio.

Uno de los puntos más llamativos es la capacidad para incorporar canciones populares que resuenan con el público, añadiendo un componente musical que enriquece la experiencia teatral. Esta combinación de elementos teatrales y musicales contribuye a crear un mensaje poderoso que se pretende dejar al espectador.

No me llames es una obra teatral que, a través de actuaciones sólidas y una dirección cuidadosa, ofrece una mirada profunda y provocativa sobre el impacto de la tecnología en lo cotidiano. Con su mensaje resonante y su enfoque innovador, esta producción invita al público a cuestionar su propia relación con el mundo digital, las tecnologías y las redes sociales.

 

Ficha

Elenco: Vanesa Butera, María Figueras, Paola Luttini y Pablo Toporosi

Dirección: Mariela Asensio

Género: Comedia dramática. Teatro musical