Como se pasara un tren

Como se pasara un tren

Ficha

  • Datos de funciones:

    Enero: Sábados 22:00 / Febrero: Sábados 20:00
    Teatro Picadero
    Enrique Santos Discépolo 1857 C.A.B.A.

  • Prensa:

    Romina Pomponio, Ayni

  • Entradas:

    Localidades $750
    Entradas en venta por Plateanet y Boletería del teatro

 

Un honesto deseo de futuro

Conviven diferentes formas de eludir las ausencias y acallar fantasmas en Como si pasara un tren, escrita y dirigida por Lorena Romanin. El sonido de una locomotora es la primer forma de movilizar los sentidos, fundiéndose con una escenografía materializada en un tren de juguete, acompañado por la tenue luz de una lámpara que sumerge al espectador en la cotidianidad del espacio, funcionando tanto para Susana (Silvia Villazur) a la hora de sosegar las frustraciones del vacío diario y para su hijo Juan Ignacio (Guido Botto Fiora) como motor de esperanzas. Los días transcurren en una pesadez enfatizada por los cinematográficos fundidos en negro propios del destacado trabajo de iluminación.

Como si pasara un tren persigue aquel precepto shakesperiano, donde la vida es narrada como un cuento lleno de ruido y furia. Susana teje una ficción conservadora en afán de proteger a su hijo de “los peligros externos” (tales como asistir a una excursión escolar) y evitar las frustraciones que ella misma acarrea, punto en el que toma relevancia la figura del padre ausente. La irrupción de Valeria (Luciana Grasso) descarrila la monotonía cotidiana de madre e hijo, lo cual da inicio a un proceso de liberación de los cuerpos, no sin tensiones ni conflictos; no sin la furia inherente de quien enfrenta sus temores.

La actuación de Guido Botto Fiora en el personaje de Juan Ignacio invita a contemplar aquel cuadro invisible que dibuja con los movimientos de sus manos, tenues y difusos, en un noble esfuerzo por interpelar a un espectador que deberá develar sus introspectivas incógnitas. El juego de miradas planteado por Luciana Grasso en el rol de Valeria se destaca por su simpleza y frescura, pero también por establecer una conexión con la puesta en marcha de otros futuros posibles. Silvia Villazur dota al personaje de Susana de una dinámica arrolladora entre sus explosiones humorísticas, las angustias reprimidas y la lucha por vencer su rol autoritario.

En definitiva, la obra triunfa en su simpleza y sensibilidad, cuyo combustible es el deseo de los protagonistas, los anhelos de libertad y el paso del tiempo, haciendo propia aquella frase que E.A. Poe nos legara en modo de testamento vital, describiendo su propia vida como impulso, pasión, anhelo de soledad, mofa de las cosas de este mundo; un honesto deseo de futuro, evocando la pulsión arrolladora de oír más allá del ruido de los trenes: subirse en ellos para cerrar los ojos y sentir la brisa golpear con su reparadora cadencia.

Ficha:

Actores: Silvia Villazur, Guido Botto Fiora, Luciana Grasso

Dramaturgia y dirección: Lorena Romanin

Categorías: Reseñas

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