Entre sueños y sombras

Sombra tirana plasma interrogantes desde el inicio ¿será un sueño?¿será una pesadilla?¿será un sueño de muerte?. En un principio parece que es un funeral de un ex director de una troupe de artistas pero la historia se irá abriendo caminos hacia lo desconocido.

En su funeral, Doc (interpretado por Marcelo Sapoznik) se levantará para contar al público quienes son los personajes presentes a este sepelio extraño: una modelo devenida política derechista (Romina Palermo), una contorsionista devenida profesora de actuación que aplica el método anti-actuación (Magalí Meliá), un actor mediocre con profundos deseos suicidas (Santiago Cejas) y un asistente personal que al mismo tiempo es Mefistófeles (Daniel Benigno). Una galería de personajes variopintos, pertenecientes a su ex circo, que acompañan a Doc en su sueño o pesadilla postmortem.

La propuesta es un viaje al inconsciente, al mundo de los sueños, como dicen los cuatro integrantes de la troupe a modo de introducción. Es una travesía a lo onírico donde el sinsentido, la hipérbole, las citas (como a Shakespeare y a Goethe) y la sucesión de palabras y acciones no dejan a nadie indiferente. Los cuerpos se desplazan incesantemente, los diálogos, monólogos, las referencias paratextuales brotan a borbotones. El humor típico del clown y la reflexión se conjugan para crear algo incomprensible pero atrapante, porque es evidente la labor de los actores y los técnicos que hay en escena.

Los actores se desplazan de aquí para allá: saltando, corriendo, reptando. Sin una continuidad coherente y excesiva pero el movimiento es constante que permite que la obra sea muy dinámica. Hay un trabajo físico y humorístico que permite reconstruir los sentimientos, los pensamientos y las pasiones de cada personaje en escena y, así, conseguir risas del público, quien además es interpelado de manera directa, evidenciando el quiebre de la cuarta pared;como sucede, por ejemplo, en un prólogo, donde los actores piden que el público se olvide de toda coherencia, racionalidad y que se dejen llevar por los sentidos, por las percepciones.

Las luces y las sombras son primordiales en la puesta. Con pocos elementos en escena (unos bancos, un tocadiscos, un espejo) y con una operación magistral y original en la iluminación (en escena, por los propios actores con linternas) se recrean diversos lugares: un boliche al ritmo del swing, el recorrido de la Pampa inhóspita, la llegada de un tren. Esto construye un ambiente inverosímil, un poco fantasmagórico, como es el material de los sueños/ pesadillas/ o (porqué no) el infierno.

La obra no sólo retrata las intrigas individuales de cada personaje, tiene un mensaje político fuerte y claro, es una crítica social desde el humor que invita a la burla pero también a la reflexión. La obra abre la posibilidad de poner en duda la realidad circundante: ¿esto es un sueño o una pesadilla? se preguntan en escena.

 

Ficha

Dramaturgia: Marcos Arano Forteza

Elenco (por orden alfabético)

Daniel Begino

Santiago Cejas

Magalí Meliá

Romina Palermo

Marcelo Sapoznik

Actor en suplencia Manuel Lorenzo

Música original: Leo Costa

Coreografía: Natalia de la Puente

Máscara: Alfredo Iriarte

Diseño de iluminación: Horacio Novelle y Cía. Sombra Tirana

Diseño de vestuario y escenografía: Vanesa Abramovich

Prensa: Giacani- Lauro Comunicación

Producción ejecutiva: Ignacio Llanes

Asistencia de dirección: Agustina Rivero

Dirección: Marcos Arano Forteza

Género:  Clown