¿Con qué sueñan los pobres?

Sofía es una simple empleada doméstica vulnerada por un destino plagado de desasosiego, sin expectativas ni esperanzas. Ella es pobre, de una pobreza tan profunda que abarca hasta sus sueños. Pero un día sueña que gracias a la intervención de un personaje fantástico –Rocambole, en la versión original de Arlt- gana 300 millones, y a partir de ahí se despliega una abanico de universos paralelos donde se permite vivir distintas vidas, alejándola momentáneamente de su triste realidad.

Sofía –ahora Pajarita- no viaja sola a través de esos mundos imaginarios; está acompañada por otros personajes que al igual que ella, se fragmentan en el sueño, a saber: la reina bizantina, el hombre cúbico, el galán, el demonio, entre otros. En ese viaje donde la vigilia y el sueño se entrecruzan permanentemente, Pajarita juega a ser feliz, a reír, a gozar, hasta a enamorarse. Pero una urgencia visceral la devuelve violentamente a su más cruda realidad: el hambre que grita desde lo más profundo de sus entrañas y que carcome cualquier posible fantasía. Pajarita es pobre, y sus tripas gritan por ella lo que calla su voz embriagada por momentos de una ilusión pasajera. Pareciera que no hay escape para su trágico destino, ni siquiera uno imaginario… quizás ese también es un lujo de clase que no alcanza a los más desamparados. Soñar, dormir, morir… ¿vivir?

Con “Pajarita” Guillermo Parodi hace una maravillosa reescritura de “300 millones” de Roberto Arlt, a través de la cual –respetando la esencia y el sentido de la original- le suma elementos de esta contemporaneidad tan desvalida y cruda. Con extrema belleza poética Parodi –quien también es el director- presenta este mundo arltiano, plagado de recursos estéticos que sumerge al espectador en una aventura onírica. Teatro de sombras, proyecciones visuales, canciones en off, son algunos de ellos.

Pero lo fundamental está dado por las extraordinarias interpretaciones de esta pareja de actores que deja todo en escena para dar a luz a estos personajes tan potentes y frágiles a la vez. Lorena Szekely y Pablo Mariuzzi le entregan el alma, la mente y el cuerpo a estos seres que se arman y desarman frente al público transitando un abanico de matices inundado de colores. La plasticidad de sus cuerpos les permite fundirse en un lenguaje danzado que le brinda aún más poesía a la obra. Cabe destacar el sensible trabajo corporal a cargo de Sofía Ballvé.

El maravilloso vestuario, que describe a la perfección los distintos vuelos de Pajarita y “sus distintos compañeros”, está a cargo de Jorgelina Herrera Pons.

Fernando Díaz es el encargado de la escenografía que está compuesta por distintos elementos que son los coprotagonistas simbólicos de los sueños de Pajarita, entre ellos: el carrito de supermercado, los elementos de playa, los maniquíes donde se encuentran los atuendos de los personajes, la piñata con forma de cerdito… Todos ellos están distribuidos estratégicamente en escena como piezas de ajedrez y se amalgaman en la dinámica onírica de manera extraordinaria. Realmente una hermosa y eficaz propuesta.

Las luces -a cargo de Parodi y Díaz-, posibilitan el pasaje entre los distintos universos y junto con la música -de Teresa Parodi y Juan Pablo Martini- envuelven de magia y emotividad la atmósfera.

¿Sueñan los pobres? ¿Qué sueñan los pobres? ¿Pueden soñar?… “Pajarita” interpela al espectador con esta cruda cuestión, que a pesar de lo dolorosa parece estar naturalizada en medio de una sociedad cada vez más individualista y deshumanizada. ¿Se puede soñar con el estómago vacío? Y aún más, ¿se puede pensar? Sofía lo intenta todo el tiempo, pero no lo logra. Y así como ella, Pajarita sale a la luz con su necesidad vital insatisfecha, como sucede en la realidad. Porque ella no es la única; Pajarita está en los desposeídos, en los olvidados, en los desamparados… en cada uno de los descartados por el sistema. Pajarita está en los que tienen hambre, hambre de verdad, hambre del que duele… Hambre del que no deja pensar, que no deja vivir, que no deja soñar. Imperdible.

Ficha:

Genéro: Drama

Dirección: Guillermo Parodi

Actúan: Lorena Szekely y Pablo Mariuzzi.