Solo se puede ir hacia adelante

Se trata de un viaje que Aldo, un artesano, realiza en solitario desde el norte de Córdoba hasta las Salinas, deseando cumplir una promesa hecha a la Virgen.

Al entrar a la sala, Marcelo Subiotto, en la piel de Aldo, se encuentra descansando en un alto en el camino. La escenografía de Julieta Potenza convierte el espacio en un claro en el bosque, probablemente al lado del camino. Hay un colchón de trozos de ramas, algunos troncos y las prendas dejadas con cierto descuido por Aldo: una campera, una mochila, un casco de moto. Al fondo, un entramado de ramas se erige como una instalación, dando una idea continuidad al ambiente.

Aldo mira la trayectoria del vuelo de los pájaros atentamente, con cierta fascinación. Su mirada crea a esos pájaros y al dibujo de su vuelo de modo tal que el espectador también los ve. De vez en cuando los señala y dedica al público una mirada cómplice, para que no se pierdan detalle.

Mientras, va reflexionando sobre la vida: en general y la suya, que irá surgiendo de a poco, en pequeños tramos. Algunas anécdotas, mucha introspección y una historia que se irá completando como sin querer.

Así, el viaje físico, corporal, real, el traslado de su cuerpo en moto por la ruta a Salta, se convierte en un viaje interior que se proyecta hasta el público. De su vida simple, la que llevaba hasta hacía unos pocos días no queda nada. Un dejarse llevar inconsciente, un romper la monotonía de los días, hace que no pueda quedarse en el pequeño pueblo en el que solía vivir.

Algunos errores  incluyen una pequeña decisión oculta; cometerlos obliga a asumir consecuencias. La historia de ´Los pájaros´es también, la de un duelo, de una vida que ya no volverá a tener.

Los pájaros es un unipersonal escrito por Juan Ignacio Gonzalez e Ignacio Torres. Además de tener esos niveles de significación superpuestos, tiene una presentación en la que Aldo, bastante esperanzado comienza a hablar hasta que toma conciencia de lo perdido. Allí se quebrará y necesitará romper y destruir creando una verdadera tensión, hacha en mano, descargando su frustración sobre los troncos, para luego llegar a una mayor plenitud. Solo y transformado.

La convicción y presencia escénica de Subiotto es suficiente para entrar de lleno a acompañarlo en el trayecto. Un trabajo hermoso y profundo.

Ficha

Actor: Marcelo Subiotto

Director: Juan Ignacio González

Género: Drama