La reina de Turdera
Ficha
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Datos de funciones:
En cartelera
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Prensa:
Daniel Franco
Verla crecer
Teresina, la nona de Jazmín cumple 94 años, es un día de fiesta para la familia, sin embargo, esta nona esperaba fallecer mucho antes, por lo cual cada nuevo cumpleaños se presenta como una encrucijada para una nieta que agradece por cada año de vida de su abuela y combate con el miedo a dejarla ir.
La dramaturgia de este unipersonal estuvo a cargo de su misma protagonista Jazmín Spanarelli, dueña de una actuación dulce y sincera, puesta en favor de este biodrama que recorre la vida de una inmigrante italiana que volvió a hacer raíz en una localidad bonaerense. Jazmín asume el rol de narradora mientras lleva adelante los preparativos para el festejo ya que Teresina se encuentra descansando en otra habitación.
La comida parece ser el puente entre Italia y Turdera, por este motivo lo primero que se comparte con el público es la receta de un bizcochuelo que se va cocinando en un hornito durante el tiempo presente de la representación. Así es como progresivamente un aroma dulce se incorpora al relato, despertando los sentidos que activa la memoria de lo cotidiano, desde una historia particular que podría ser la de muchos.
Asimismo, los objetos que integran el espacio representado de la cocina-comedor, son de un estilo antiguo; entre ellos se esconden secretos de amor en los que Jazmín se pierde, dándole lugar a lo onírico en un momento de inflexión para el relato pues debe aceptar que hay deseos que quedan sin efecto.
Jazmín dice pensar a su abuela en presente continuo puesto que acompañarla en esta etapa de la vida es también verla crecer. Siguiendo esta expresión del personaje, la configuración temporal de la obra se desdobla, ya que comienza en un punto del presente -el cumpleaños de Teresina-, y este tiempo que pasa, está formado por capas del pasado virtual que, se conserva y se actualiza en imágenes-recuerdo de la memoria de la nieta. Es en la puesta escenográfica donde se halla la zona principal de los recuerdos, pues está resuelta con dos pantallas blancas de distinto ancho, ubicadas escalonadamente haciendo de marco de la escena y también permitiendo una salida al espacio no representado donde se encuentra Teresina. En las pantallas se proyecta una pared repleta de santos, adornos y un mapa de Italia, pero cuando la narración lo requiere, en ella se montan las imágenes de un archivo personal, fotos, grabaciones, testimonios sonoros de otros parientes y, por supuesto, grabaciones de Teresina hablando, cocinando y hasta dando consejos de amor. En primer plano sus arrugas expresan la nostalgia de una inmigración forzada, y en su decir-la lengua-resisten las huellas de la tierra materna que no volvió a ser hogar pero brota en lo cotidiano.
La dirección del espectáculo logra una puesta en escena enfocada en cada detalle sensorial, así, sonidos, texturas y olores actualizan capas del pasado de esta historia particular pero que resuena en una memoria colectiva, emociona sin golpes bajos. Vale destacar el ritmo sostenido por la interpretación de la actriz, quien logra silencios puntuales, regala divertidas confesiones y hasta le canta un rap a la religión.
Si la vida le regalo 30 años más de vida a la nona, que el teatro le dé larga vida a La reina de Turdera.
Ficha
Actriz: Jazmín Spanarelli
Dirección: Juan Mako
Género: biodrama
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