Con ascendente en Aries

“Que no nos mate la rutina” podría ser el deseo de muchas (por no decir todas) las parejas. Por eso, tanto Marina (Sofía González Gil) y Sebastián (Miguel Ferrería) se abren al juego para no matar la pasión. Bah, en realidad es ella la que propone, toma la iniciativa, sugiere ante un Sebastián que está cansado de su trabajo de electricista. Marina, en cambio, aspira a triunfar como actriz, y por eso aprovecha para practicar jugando a la seducción con su marido. Dos polos opuestos, no solo en sus aspiraciones personales sino en el andar mismo de la pareja.

Un escenario que presenta un living -comedor prolijamente ordenado, con un par de sillones, estantes con libros, un perchero con algunas prendas colgadas y la mesa para comer (luego hace de escritorio también), lejos de la cocina (fuera de escena). Todo un espacio delimitado de madera que Marina aprovecha de rincón a rincón, cambiando de ropa, de actitud y hasta lleva colgando en su brazo un aparatito (tipo celular) que al tocarlo cambia el foco, intensidad y dirección de luces, logrando el ambiente deseado para el nuevo papel que quiere practicar. Sebastián, lo dicho, está harto.

De repente, parece ver en ella a un espejo propio, que actuar es su sueño, que nació para eso, y mientras Sebastián sube, Marina baja cada vez más. Ya no solo se pone en juego la pareja, sino el futuro profesional de cada uno. Una mezcla de identidades, de confusión, la vida misma.

Diálogos filosos, sin desperdicio, en los cuales el sincericidio en aumento de cada uno le pone un tinte dramático a la obra, aunque siempre mezclándose con respuestas disparatadas de ambos que levantan carcajadas en el público.

Los cambios de vestuario, de luces, las coreografías individuales y colectivas y la música son una síntesis perfecta de los vaivenes emocionales que ambos van experimentando. Julieta Otero, la directora, logra con esta propuesta que el lenguaje corporal y sensorial diga más “que mil palabras”.

Cada signo del zodíaco tiene sus características, y muchos saben que “Escorpio” es sinónimo de intensidad, de fuego, de pasión. Tres ítems que van rotando, van mutando en toda la obra, pero por suerte nunca desaparecen.

 

Ficha

Dramaturgia y dirección: Julieta Otero.

Elenco: Sofía González Gil y Miguel Ferrería.

Diseño y realización de escenografía: Ariel Vaccaro.

Diseño de iluminación: Horacio Novelle.

Diseño de vestuario: Caro Marafioti.

Música original: Juan Ignacio López

Canciones originales: Fran Ruiz Barlett.

Coreografía: Anita Gutiérrez.

Prensa: Varas Otero.

Fotografía: Nacho Lunadei.

Diseño gráfico: Lucila Gejtman.

Diseño Logo original: Patricio Vegezzi.

Fotografía de escena: Ale Palacios.

Mkp y pelo fotos: Escalanta.

Administración: Chiara Alessi.

Redes sociales: Alexis Mazzitelli, Julieta Garrós, Bochinche Gráfico.

Asistencia de dirección: Camila Sartorio y Violeta Brener.

Producción ejecutiva: Juan Gabriel Yacar.

Producción general: Julieta Novarro.

Género: Comedia dramática