Ruinas de la estructura social

No hace muchos años, precisamente en el 2016, acontecía el feminicidio de una joven activista transexual en la ciudad de Estambul, Turquía. Una víctima más  de la transfobia y la misoginia que se reflejan en una discriminación estructural. Sin caer en golpes bajos de aquel crimen atroz, la historia de Hande Kader con la dramaturgia de Paco Gámez, adaptación y dirección de Corina Fiorillo, mezcla lo documental con lo poético de esta tragedia contemporánea.

Varias son las instituciones representadas que expresan una mirada prejuiciosa sobre la construcción de una identidad de género no binaria, entre estas miradas, resaltan la del núcleo familiar, la palabra de la medicina, la opinión pública  y la postura de los medios de comunicación. En este punto, también es puesto en foco el rol del fotógrafo que como testigo captura imágenes de momentos en que la policía reprime la marcha LGBTIQ+ donde queda plasmado el activismo de la figura de Hande; imágenes de archivo que también componen la puesta en escena.

Todo esto se da en el marco de un escenario que representa una especie de barrio en ruinas, donde se asoman hierros, huecos y escombros como los cimientos de una estructura vulnerable. Se podría asociar a una sociedad contemporánea áspera y violenta que tiende a negar derechos a identidades trans, acorralándolas en lugares marginales y de poca proyección a futuro.

La dinámica de cambios espaciales está dada por dispositivos que entran y salen de las paredes, y proyecciones que amplifican el sentido de las imágenes como en la escena en que Hande decide acercarse a un consultorio médico para iniciar una transformación más física, rodeada de imágenes de la anatomía humana que tensionan con su percepción de género.

Un elenco muy sólido cumpliendo satisfactoriamente cada cual su rol. Tomás Pol como narrador y músico en escena realiza un trabajo exhaustivo, Marcelo Savignone despliega todo su reconocido potencial expresivo dando agilidad y tenacidad a cada escena, Mario Alarcón es un actorazo que nunca defrauda.

Y para destacar dos monólogos interpretados desde una sensibilidad que conmueve, uno a cargo de Mariana Genesio Peña y el otro lo ejecuta la protagonista Payuca. El primero es un descargo de Ismene, mejor amiga de Hande, dirigiéndose al público para desenmascarar  los estigmas sociales sobre el trabajo sexual, la discriminación hacia las personas trans, la doble cara de la opinión pública, todo expresado desde el dolor furioso de perder a una amiga.  El otro monologo que corona el espectáculo lo interpreta Payuca, siendo por momentos el cuerpo y la voz de la valiente víctima, por otros momentos interpretando al suelo que sostuvo a Hande durante el crimen, único testigo de una historia de vida golpeada por la aversión irracional de una sociedad intolerante hacia las personas que transgreden el sistema sexo/género socialmente dominante.

A pesar de ser una tragedia, la puesta en escena brinda escenas coloridas y frescas expresando el orgullo de la diversidad sexual y el empoderamiento de la libre elección de vida. Esos instantes se celebran en la escena como en la platea.

Un espectáculo emocionante, actual y socialmente necesario.

 

Ficha:

Dirección: Corina Fiorillo

Intérpretes: Payuca, Mario Alarcón, Mariana Genesio Peña, Marcelo Savignone, Paula Mbarak, Antonia Bengoechea, Diego Gentile, Gustavo Pardi, Inda Lavalle, Sofía Diéguez y Tomás Pol.

Género: drama