Escenas del dolor reciente: Homenaje a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo
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Del infierno militar al paraíso colectivo
Dispuestos por el centro del escenario, los músicos forman un semicírculo, aguardando el ingreso de las integrantes del coro. Ellas, están vestidas con pañuelos blancos en claro homenaje a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
Al fondo del escenario, una pantalla proyectará imágenes, realizando un recorrido que se inicia con la última dictadura militar hasta la euforia desatada por el regreso de la democracia. Estas imágenes pueden resumirse en escenas emblemáticas como: el ford verde, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo reclamando la aparición de sus hijos, el faro como guía y a la vez, como testigo de los vuelos de la muerte, la tortura, el mundial de fútbol, el juicio a la junta militar y el regreso de la democracia.
Cada acto, será dividido por citas bíblicas de Lucas que narran el infierno acontecido durante la dictadura.
Esta ópera, compuesta en 1736 por Giovanni Battista Pergolesi, cuyo texto original data del siglo XIII y medita sobre el sufrimiento de María durante la crucifixión de Jesús, es una interpretación soberbia que posee una sonoridad emotiva y escenas de teatralidad, sobre todo de parte de dos intérpretes que salen de la estructura descrita para expresar mediante el cuerpo y el canto, la angustia, el sentido trágico de la vida en dictadura y donde surge, la súplica, no solo como sentido religioso, sino como búsqueda de los hijos desaparecidos.
En este aspecto, las sopranos Marisú Pavón y la mezzo soprano Lídice Robinson, realizan una labor destacada, representando en el escenario una búsqueda en soledad que se encuentra para conformar un colectivo, las Madres y Abuelas de la plaza.
En cuanto a la vestimenta, el coro utiliza túnicas blancas y pañuelos en la cabeza. Además, cabe destacar el trabajo emotivo que realizan el ensamble de cuerdas y órgano, bajo la dirección musical de Miguel Ángel Pesce.
Esta corporalidad, utiliza todo el espacio del escenario para arrojarse al piso, suplicar pero siempre levantarse ante las adversidades de cada acto.
La iluminación esta absorbida por tonos leves de luz, imperando la oscuridad y por momentos, el empleo del color rojo, que representa la sangre, la tortura pero tambien el nacimiento de otro mundo posible.
En una entrevista realizada al encargado en dirección escénica y general, Pablo Aguilar, sostiene que: “…hay una idea al final de la obra de lo que sería el paraíso, que ese es el lugar donde las abuelas pueden encontrarse con sus nietos”
Este aspecto puede visualizarse también desde la iluminación que, al final de la ópera, emplea una luz clara, esperanzadora y el coro, que atraviesa todas las piezas en tonos lúgubres, muta y las tonalidades de la voz son alegres, dando un cierre esperanzador y llevándose todos los aplausos del público presente.
Ficha:
Intérpretes: Marisú Pavón y Lídice Robinson
Dirección: Pablo Aguilar
Género: Ópera
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