Escapar para encontrarse

Cuatro amigos se enfrentan a un desafío que arranca inocentemente, pero los puede llevar por caminos que jamás imaginaron, porque un juego, puede ser mucho más que eso.

Edu (Benjamín Rojas) invita a sus amigos de toda la vida, Rai (Gonzalo Suárez) y su mujer Vicky (Brenda Gandini) a una sala de escape y aprovechará la situación para presentarles a Marina (Sofi Morandi), su novia. Llegan al lugar temprano y mientras esperan que arriven sus amigos (tarde como siempre), él le pide a su chica que no cuente todos los detalles de su relación, hay cosas que no tienen porqué saber.

Cuando por fin están los cuatro y se conocen, de entrada afloran sus disímiles personalidades, mientras los recién llegados se muestran frescos, relajados y cool, tanto en su personalidad como en sus trabajos (él es director de cine y ella su actriz fetiche), Marina es economista, docente universitaria y brega por la igualdad y el feminismo con mucha vehemencia. Por su parte Edu pivotea entre los demás, ya que aparentemente no todos lo conocen de la misma forma.

El frente gris y metálico de una enorme casa con pintadas en sus paredes en medio de San Telmo, será el punto de encuentro; el lugar es bastante tétrico y pareciera abandonado, nadie responde al timbre por un largo rato, hasta que la gran puerta se abre.

Una vez adentro, encuentran un espacio que da miedo, no sólo por las cosas que se ven, sino por lo que implican a nivel simbólico. El diseño es ciertamente muy realista y está construido al detalle, entre la elección de materiales, colores y distribución tanto de los espacios como de la utilería, sumado a una puesta de luces generadora de climas y los acertados efectos especiales, transporta a un momento y lugar específicos… no, no se pueden dar más datos porque se arruinaría su experiencia estimados lectores.

Se enciende una TV, un particular personaje (Alan Sabbagh) les deja todas las instrucciones necesarias y comienza el juego. Deberán resolver una serie de enigmas y cada acierto dará pie al siguiente, para que una vez que superen el último, podrán salir de la sala. Cada paso que dan los sorprende, no sólo por la prueba en sí, sino por lo que despierta en ellos, comenzarán a verse de una forma que nunca antes lo habían hecho.

Hay un clima de tensión permanente, donde los personajes estarán incómodos y los actores deben enfrentar ese desafío, tendrán que ponerse al hombro un torrente de sensaciones y emociones que sorprenden a este grupo de amigos y lidiar con eso.

El humor, el miedo, el espanto, el asombro, todo se entrecruza, se mezcla y entra en juego de manera simultánea. Esto supone un desafío tanto para el grupo de intérpretes, como para su director Nelson Valente y realmente logran llevar a cabo un recorrido atinado y justo, donde las líneas argumental y de acción están guiadas por el humor y esto hace que todo se vuelva más ameno.

Cada uno está muy bien ubicado en su rol y se desempeñan de manera bastante pareja, siendo Benjamín quién lleva el termómetro de todo, su trabajo debe ser milimétrico para que todo funcione y funciona.

“Escape room” es un espectáculo que no da tregua, llegado a un punto, hay una sucesión de giros inesperados que no se sabe a dónde va a ir a parar. Una sala de la que hay que escapar para ganar, aunque quizá la verdadera ganancia esté en dejar de hacerlo.

Un espectáculo entretenido y diferente que seguramente los dejará pensando.

Ficha:

Elenco: Benjamín Rojas – Brenda Gandini – Sofía Morandi – Gonzalo Suárez

Participación: Alan Sabbagh

Dirección: Nelson Valente

Género: Comedia

Prohibido para menores de 13 años