La familia irreverente

Los tiempos son difíciles, el contexto político y social es desesperanzador. El amor en cualquier forma que adopte puede contribuir a superar las inclemencias del tiempo y de la vida. La pareja protagonista lo sabe y por ello, persisten a pesar de los obstáculos.

Ahora, cuando el deseo se desvanece y solo quedan vestigios de lo que fue, esa pareja recuerda momentos de intensidad y reflexiona, en un claro punto de inflexión: ¿Y ahora qué?. Por las edades que atraviesan, el embarazo es un riesgo pero la opción de adoptar asoma como una posibilidad, un futuro cercano y tangible. En esos diálogos la pareja sentada en el sillón, expone las inseguridades, los anhelos. La biblioteca ubicada en el sector izquierdo que posee libros, incluso un whisky, da cuenta también de una foto de tiempos felices, una pareja en su mejor momento del amor. Ahora, las cosas son distintas y una forma de renovarse es ayudar a los que más necesitan. Es así, que aparecen los Cabrera conformados por una chica, un varón vestido con ropa deportiva y un señor en silla de ruedas con una patología particular.

Los Cabrera: Prince, La Turca y Cerebrito, vienen del bajo fondo matancero intentando imponer sus códigos de la calle ante una pareja con otra formación y otras normas. Es así, que los límites se tensionan, se disuelven en post de seguir adelante.

En este aspecto, las actuaciones poseen un estado enérgico, de verosimilitud ante la propuesta excéntrica, estilo Alex de la Iglesia, donde lo inesperado es el único camino de lo posible. Por otra parte, la entrega física y emocional en la construcción de los personajes como la utilización del espacio escénico, propone una obra dinámica donde las actuaciones son el punto clave desarrolladas por Gisela Fiodermondo, Verónica Kamlacz, Pablo Olarticochea, Marcelo Saltar y Oscar Souto.

Por otra parte, es fundamental el uso de la música y la dramaturgia de la luz para transicionar momentos como escenas de una película que transportan al espectador a otras disposiciones de muebles en el escenario y otro tiempo de la trama.

También, el uso de material digital mediante la proyección del título de la obra en clave star wars, anticipa que la obra no será convencional, sino que será una mixtura delirante para amantes de lo imprevisible.

En conclusión, la obra “Llegaron los chicos” dirigida por Gustavo Moscona es una excelente propuesta para disfrutar de una comedia excéntrica, donde el sexo, las drogas y la trama familiar en tiempos de crisis generan un coctel explosivo completamente irreverente.

Ficha:

Género: Comedia dramática

Dramaturgia y Dirección: Gustavo Moscona

Actúan: Oscar Souto, Marcelo Saltal, Verónica Kamlacz, Pablo Olarticochea, Gisela Fiordelmondo

Producción y Escenografía: Graciela Pieresko

Asistencia de Dirección: Catalina Albanese, Alejo Tofe

Fotografía: Mario Carrasco

Prensa: Kevin Melgar (0KM Prensa)

Redes Sociales: Aylém González (0KM Prensa)