Entramado de acción y literatura

Entre los procesos más difíciles de la vida se podría mencionar la pérdida de un ser querido a veces anunciada otras no, en este caso, son tres hijas quienes se preparan para despedir al padre enfermo, apelando a un entramado entre la poesía y la memoria de sus cuerpos.

Mientras leen y recitan fragmentos de distintos textos clásicos donde en general las protagonistas son mujeres, se irán desenredando recuerdos familiares que pasan como un suspiro, alentándolas a continuar indagando en sus raíces. La conexión con los antepasados también está representada por una mujer mayor de pelo blanco, una tejedora en el lateral de la escena, teje y las observa sin que ellas la vean. En este sentido, el acto de tejer conlleva un simbolismo más allá de las prendas realizadas, pues implica un enlace cultural de la humanidad.

La valorización de los antepasados y de las costumbres asimismo se observan en los fragmentos de textos literarios seleccionados. No es casual que la obra inicie citando a Antígona de Sófocles, precisamente en el agón con su hermana Ismene. Cuando debaten si seguir a la autoridad o el deber personal, precisamente, de tantas interpretaciones de aquella tragedia, una posible alineada con esta historia es en relación a la figura del poder o cabeza de familia expresada aquí en este padre enfermo que en ningún momento aparece, y es a partir de esa ausencia latente que se viene anudando en esta familia preguntas como por ejemplo quien ocupará ese lugar de representatividad.

En la puesta en escena, destaca la escenografía de Marian Tirantte porque expresa la calidez de un abrazo, así dos grandes mantillas cuelgan como paredes y se extienden cubriendo un piso sobre el que se pasean descalzos los personajes, almohadones y escalones cubiertos de la misma lana color crema, algunos ovillos y pilas de libros completan este ambiente que abriga el dolor por un próximo duelo. Similar a una instalación, sin montar un espacio realista se vuelve cotidiano y conocido, un anzuelo sensorial para los espectadores.  

Las variaciones en la oralidad como las pausas de las que se valen las intérpretes retroalimentan la expresión y cohesión entre las hermanas, así como la transmisión y preservación de una memoria identitaria a la que se le soltará un punto del entramado de la vida que comparten.

Ficha:

Intérpretes: Carolina Saade, Felipe Saade, María Villar y Amalia Boccazzi.

Dirección: Agostina Luz López

Género: drama