Perfectamente normal, pero no frecuente.
María ama las palabras. Tanto, que dedica parte de su vida a escribir un diccionario. Un libro simple, que pretende abarcar el significado profundo de los términos de uso común. Llenando fichas. Miles. Y desarrollando con devoción esa tarea, descubre con angustia que su mente falla, que tiene vacíos, que deja de ser una con ella misma.
Un trabajo impecable, en el que se nos narra la vida de María Moliner, quien se animó con su pasión a desafiar a la Real Academia Española. Licenciada en Filosofía y Letras, fue bibliotecaria, roja en la España de Franco, esposa enamorada y madre culposa. La obra es un contrapunto entre su vida de hogar (donde escribía entre zurcidos y conversaciones con su marido) y los encuentros con su neurólogo, a quien consulta a escondidas, imposibilitada por sus ideales a aceptar sus fallas, sus fracasos, sus temores. Ambos espacios comparten el escenario en una escenografía completamente blanca, impoluta y con un aire onírico, mientras María va de uno a otro, entretejiendo en sus desplazamientos el relato y el tiempo.
En escena, Marta Lubos, Daniel Miglioranza y Roberto Mosca encantan con sus actuaciones. Ella emana un verdadero magnetismo. Imposible no mirarla, no admirar los sutiles gestos que transforman su rostro, la belleza de sus movimientos y la convicción en su voz. Y ellos la siguen en una tarea precisa y potente.
La historia combina varios hilos: su tarea sin fin, el conflicto con su rol como esposa, madre y profesional , enfrentarse al deterioro, aceptar la posibilidad de no ser perfecto, las desavenencias con su marido y a pesar de todo, ese amor inquebrantable y también la persecución política, el miedo, las injusticias.
Una obra que resulta sorprendentemente intensa. Si tiene la posibilidad, no la deje pasar.

Ficha:
Dramaturgia: Manuel Calzada Pérez
Dirección: Oscar Barney Finn
Actúan: Marta Lubos, Roberto Mosca, Daniel Miglioranza
Voz en off: Osmar Núñez
Vestuario: Mini Zuccheri
Luces: Leandra Rodríguez
Escenografía: Leandro Spíndola