La palabra cura

Esta obra cuenta la historia de su propio texto, la historia de su origen, de su construcción, de sus intentos y abandonos. El texto habla sobre la familia, la religión, los mandatos, la vida y la muerte, sobre de una mujer en busca desesperada de algún equilibrio, de detener esa caída que la tiene atada al vértigo. Que encuentra su redención en la palabra escrita, en plasmar en la hoja los más significativos detalles de su vida, y esencialmente en la posibilidad de le da este aparato transmisor, de compartir con otros su autoobservación y emanciparse de las sombras.

Cuenta estas historias, que son las de una madre y su hijo, en la vida real y en el escenario. El hijo construye el imaginario y lo entrega a modo de ofrenda a la madre, La madre agradece consagrando a la obra todos sus cuerpos posibles.

En el escenario dos espacios bien diferenciados, en uno, mesa con elementos a modo de cocina, en el otro sobre una alfombra, mesa y sillón. Lo singular en el uso de estos elementos es que funcionan como varios dispositivos, transformándose de cocina a espacio de trabajo o lugar de lectura o de sala de estar a estudio de televisión o lugar de internado psiquiátrico, pero, lo que los vuelve de una eficacia insólita es que transitan, junto con los intérpretes y durante toda la obra un delicado equilibrio entre la parodia y la tragedia, entre la confesión sincera y el sarcasmo, la ironía y la franqueza. Como una rueda de la fortuna que sin solución de continuidad va girando y cae en las suertes más diversas.

En la línea de biodrama ficcionalizado, el espectáculo hace uso de videos y fotografías de archivo personal de los intérpretes.

La iluminación trabaja en correlación directa con la dramaturgia, acentuando o acompañando con colores y temperaturas las distintas intensidades que proponen los intérpretes. La estudiada disposición y características de las luces le permite crear climas muy diversos, a riesgo de en breves momentos encandilar algún punto de la platea.

 

En la silla con Dios
Una obra magnífica por sus intérpretes, por lo que dice, por como y quienes lo dicen, por el impacto palpable que queda en los cuerpos de todos los presentes, así funciona un dispositivo que traccióna en la misma dirección y en total entrega.

Una casa con una silla frente a Dios, queda reverberando, como quedan las despedidas. Entre el dolor de la pérdida y la plenitud de haber vivido.

Ficha

Autoría: Juan Fagioli
Actúan: Juan Fagioli, Andrea Strenitz
Diseño de espacio: Juan Martin Cervetto
Diseño Audiovisual: Tam Hintze
Diseño De Iluminación: Sandra Grossi
Fotografía: Romina Santoni
Diseño gráfico: Julieta DI Santo
Asistencia técnica: Ramiro Arias
Producción ejecutiva: Romina Santoni
Dirección: Juan Martin Cervetto
Prensa: Kevin Melgar (0KM Prensa)