El día que te mueras

El día que te mueras

La herencia

Desde la Ópera hasta Broadway la cuestión de si es bufa o no es bufa sigue hasta el día de hoy. Apostando siempre a convertirse en el espectáculo total, pero gambeteando la tontería del prestigio. Pocas veces al musical no se le pone antes lo de comedia. Aún así, nada más cerca del arte total que cuando todos los lenguajes se enchastran sobre el escenario.

La compañía Capricornio Teatro, ofrece su quinta incursión en esta apuesta. El día que te mueras revuelve tradiciones de todos lados y por todos lados: tango, drama, melodrama, humor, mitología, religión, policial, danza, romance queer, clown y Chayanne. Doce cuerpos en escena se entremezclan en esta fantasía de colores y melodías.

La familia Von Cartier sufre la peor desgracia. Sonia (Aye Sosa) debe volver a su hogar a compartir el duelo de la muerte de sus padres con su hermano Boris (Hernán Galarza), al que detesta desde que tiene memoria. Petra (Candela Regulez) la mucama que es prácticamente la que maternó a ambos, media entre la luminosidad imperturbable de Boris y los deseos oscuros de Sonia.

La obra se presenta como un film noir pero también es un melodrama tanguero como los de Libertad Lamarque o Lolita Torres. El crimen ya sucedió, queda ver los pormenores.

Para satisfacer sus deseos a Sonia se le presentan los servicios de la Casa Strigoi comandada por Dimitri (Principuto). A él lo acompañan la eficiente Minerva (Luna Vivanco Frías), la férrea Lucifer (Cata Ciudad) y la imperturbable Pandora (Evelyn Alfonso), mujer de Dimitri.

La Casa Strigoi es una funeraria pero que “anticipa los servicios”. Las Moiras de Dimitri ofrecen distintos paquetes de resolución de conflictos.

Mientras avanza la ejecución del plan finiquitorio y los tangos se entrelazan se suman a la escena cinco luces: Romina, la novia (Candela Rey); Giselle, la novicia (Josefina, Belardo); Norma, la coqueta (Martina Valente Sottano), Lana, la porrista (Melina Cóceres) y Amparo, la vulnerabilidad (Catalina Otero). Coro, plomo y paisaje visual de la acción escénica. Cinco querubines que le aportan la sensibilidad, picardía y calor que la oscuridad de los Von Cartier y Strigoi no permiten.

En el devenir de esta muerte anunciada aparece el corazón del tango: un triángulo amoroso. Las voces se superponen generando disonancias y armonías. Magia y tragedia. Lo que se prioriza sobre el escenario fundamentalmente es el caracter expresivo, poniéndose por momentos barrosa. O mejor dicho, neobarrosa.

Lo de neo, además de por diversos puntos heredados quizás de Perlongher, es por el humor particular de El día que te mueras. La obra juega con el peligroso filo del aggiornamiento. Haciendo que su tono sea ideal para el gusto acelerado y efímero del público centennial.

Gabriela Manildo, la directora, se piensa a sí misma como “compositora de ficción”. Esa ocupación, la de poner caóticamente una y otra cosa, encima de otra (como esa incomprendida torre de jengas con la que Boris empieza cada mañana); está plenamente a la vista. Cada ingrediente que se suma al plato, abarrota de sensaciones. Sin embargo, en ese transcurrir, llegando al corazón de la tormenta, en un momentito de sutileza y liviandad, aparece finalmente el susurro de poesía, la importante herencia que Boris Von Cartier podía aportar al mundo.

Ficha:

Actúan: Aye Sosa, Hernán Galarza, Candela Regulez, Principuto, Luna Vivanco Frias , Evelyn Alfonso, Cata Ciudad es Lucifer Strigoi

Dirige: Gabriela P. Manildo

Género: Comedia Musical

 

 

Categorías: Reseñas

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