Desnudando al racismo

Al ingresar a la sala, los espectadores se encuentran con una imagen impactante: el David de Miguel Ángel profanado. Desde ese momento, «El David Marrón» se sumerge en un intercambio fantasioso entre los restos de esta emblemática escultura y el protagonista, el segundo David, el marrón. La obra, dirigida por Laura Fernández y protagonizada por David Gudiño, ofrece una narrativa cargada de simbolismo, crítica social, humor y mucha vulgaridad necesaria.

David narra su relación con Juan, un abogado blanco, rubio, peludo, panzón. Un relato de amor fallido, que en sus idas y vueltas revela tensiones y limitaciones de carga racista; y sobre todo, expone, con detalle, como lo marrón es deseado pero no plenamente aceptado. La exclusión se convierte en un eje central del texto.

La obra visibiliza, entre otros puntos, el casi nulo espacio que tiene la identidad marrón en el arte argentino, y esta exploración se profundiza a través de la confrontación con obras canónicas del arte nacional, utilizando la figura del David de Miguel Ángel como símbolo de la hegemonía blanca.

El ritmo hipnótico con el que David Gudiño trabaja en escena es uno de los aspectos más destacados de la producción. Durante una hora, los espectadores son llevados a un viaje fascinante, donde la impecable coreografía y el meticuloso recorrido del escenario merecen ser aplaudidos. La dirección de Laura Fernández logra mantener la atención del público desde el momento en el que David comienza a hablar, hasta el último segundo de la obra.

El diseño de escenografía, a cargo de Norberto Laino, es otro de los puntos fuertes. A pesar de contar únicamente con la figura del David descuartizada, la propuesta está lograda de manera admirable. Cada fragmento de la escultura es utilizado con maestría, convirtiéndose en parte integral de la narrativa visual. La iluminación de Matías Sendón complementa esta atmósfera, aportando matices que realzan la intensidad emocional de la obra.

El vestuario diseñado por Rodrigo González Garillo, junto con el estilismo de Lima de Souza, añade una capa adicional de significado, subrayando la confrontación entre lo tradicional y lo disruptivo.

 

En resumen, «El David Marrón» es una obra que además de contar una historia de amor con mucho humor, invita a una profunda reflexión sobre las estructuras racistas en el arte y la sociedad. A través de una puesta en escena innovadora y una narrativa poderosa, la dramaturgia logra dejar una mirada indeleble en el espectador.

 

 

Ficha:

Dirección: Laura Fernández
Dramaturgia y actuación: David Gudiño
Asistencia de dirección: Gabino Torlaschi
Escenografía: Norberto Laino
Realización escenográfica: Walter Lamas, Maite Corona
Vestuario: Rodrigo González Garillo
Iluminación: Matías Sendón
Fotografía: Alejandra López
Diseño gráfico: Martín Gorricho
Estilismo: Lima de Souza

Género: Unipersonal