El amor desde antes de los títulos

Sonia y su tío Iván viven, trabajan en un hostel dentro de Carmen de Patagones, un pueblo al sur del país. En principio tienen un solo huésped llamado Pablo, que no sabe hasta cuándo va a quedarse. Pero luego, con la llegada de Alejandro, el padre de Sonia, junto con su pareja, la convivencia empieza a incomodarse.

El amor es un bien, es una libre adaptación de la obra escrita por Chejov “Tío Vania”. El director Francisco Lumerman, retoma ciertos elementos de la estructura original de la obra dramática, principalmente la trama, en donde se demuestra la inconformidad de los personajes por el mundo en el que viven: abunda la desesperanza, desilusión, aburrimiento y frustración, pero también el amor y desamor. En cuanto a la propuesta dramatúrgica, está planteada para conmover y reflexionar de forma crítica junto al espectador, además de crear (por medio de la imaginación) el espacio real representado que se sugiere, pero no se abstiene de describirse por sí solo.

En este sentido, el diseño de iluminación y la escenografía es simple y sencilla, funcional para la puesta en escena general, ya que permite priorizar el diálogo y las actuaciones que, en fin, son las que guían y sostienen la atención del público. El contraste de emociones que se pone en juego esta intimidante relacionado con los encuentros y desencuentros que tienen los cinco personajes durante su convivencia (estadía) en el hostel, al remover el pasado, cuestionar el presente y hablar de la incertidumbre de un futuro que, como se plantea en la obra, parece estar perdido en la miseria de una humanidad que no se apoya en el amor y la empatía.

La puesta en escena de la obra está armada para que el foco esté puesto en el vínculo que se genera entre el discurso que enuncian los personajes y el público, todo lo demás sobra. El recorrido en el escenario se encuentra en la lectura entre líneas de los diálogos, en el cuestionamiento general y la autorreflexión personal, dándole la posibilidad al espectador de identificarse con los personajes y adentrarse en el universo chejoviano.

Cabe destacar que, para un espectador que no está al tanto de la dinámica y el argumento de la obra adaptada, en cuanto a su estética de funcionamiento, parece ser difícil de comprender, ya que se complejiza que los discursos no tengan una unidad evidente entre sí.

Sin perder la sensibilidad y el sentido del humor, Francisco Lumerman utiliza esta intertextualidad con el dramaturgo ruso para discutir en el presente, con una mirada hacia el futuro, lo emocional, el efecto y el amor como posible medio para crear un “mundo mejor”. Este clásico sigue vigente porque se revaloriza su discurso en una sociedad actual que tiene mucho que reflexionar.

Ficha

Dirección: Francisco Lumerman

Intérpretes: Manuela Amosa, José Escobar, Jorge Fernández Román, Ignacio Gracia, Julieta Timossi

Género: Drama