Cocinando con Elisa
Ficha
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Datos de funciones:
Información sobre las funciones, en la cartelera
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Prensa:
Daniel Franco
Dominación y sumisión en el ámbito culinario
En la cocina de estancia de una familia aristocrática, la aparición de la joven aprendiz Elisa alterará el rutinario orden de Nicole, la cocinera experimentada, quien la someterá sistemáticamente a todo tipo de maltratos. Entre ambas se generará una relación de sometimiento y sumisión, de abuso de poder, de sadismo y perversión, poniendo a la inocente e inexperta ayudante en una situación de absoluta vulnerabilidad, bajo el yugo explotador de su maestra, quien no le dará tregua en su crueldad con la excusa de estar transmitiendo sus saberes. Entre ollas, ingrediente y recetas de lo más exóticas de la cocina francesa, Nicole volcará en Elisa todo su resentimiento, frustración, envidia y celos, disfrutando de cada instante de inhumanidad. Mientras que esta última intentará de todas las formas posibles lograr un acercamiento que rompa con el tenso clima de trabajo, a pesar del destrato de su autoritaria instructora.
“Cocinando con Elisa”, ganadora del Premio María Teresa de León (1994), es una interesantísima obra escrita por Lucía Laragione, donde se habla del vínculo tormentoso y opresivo entre estos dos seres que -aunque pertenecen al mismo estrato social- no deja de ser extremadamente abusivo y descarnado. En este ocasión bajo la inteligente y cuidada dirección de Mariana Gióvine, que pone el foco precisamente en esa desigualdad de poder entre ambas mujeres, lo cual implica que la mayor fortaleza de una se convierta en la mayor debilidad de la otra. Excelente el trabajo de ambas actrices que componen a estos personajes extremos, casi grotescos. Gabriela Villalonga le da vida a la avasallante y sádica Nicole, con una presencia tan desbordante como oscura que estremece. Luciana Procaccini compone a la ingenua Elisa, con una fragilidad y sensibilidad que enternece y emociona. Ambas se funden en una dinámica perfecta, de maltratadora y maltratada, en una conexión simbiótica. La maravillosa escenografía de Alejandro Mateo muestra esa cocina lúgubre en un lugar apartado de la estancia, donde se cocinan los más exquisitos manjares pero a su vez se convive con roedores y alimañas. Estanterías con artículos varios, la cocina, la mesada, un banquito, un silloncito bajo, cuchillas, cajones y variados ingredientes emplumados y de los otros, que servirán de partícipes esenciales para las diferentes recetas magistrales. Todo se presenta en colores amarronados -que van del café al castaño- resaltando el ambiente de encierro y represión. Mateo también es el encargado del vestuario, que se destaca por lo acertado y estético, y que resalta la disparidad entre ambos personajes ya sea por su color como por su complejidad. Por último, la música –de Martín Pavlovsky- y la iluminación –de Fernando Chacoma- completan la puesta, potenciando el clima siniestro, misterioso, sombrío y tenso de la cocina, que por momentos se contrapone con los sonidos campestres del afuera, donde se supone reina la vida.
“Cocinando con Elisa” es una obra profunda que confronta la falta de empatía entre seres paralelos, habla de la opresión, de la explotación y del sometimiento del cual muchas veces es imposible escapar a pesar del intento. Esta cocina que alude metafóricamente a los mecanismos de violencia represiva de la dictadura -entre los que se halla la apropiación de bebés- y que fagocita con su espanto a los que quieren huir de ella. Imperdible.
Ficha:
Género: Drama
Directora: Mariana Gióvine
Actúan: Gabriela Villalonga y Luciana Procaccini
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