Cimarrón
Ficha
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Prensa:
Prensa: Marisol Cambre
Lo esencial puede ser visible
Una propuesta de investigación de abordaje de lo escénico, una búsqueda de lo esencial. Este espectáculo de Romina Paula ofrece una sucesión de textos encarnados por tres jóvenes intérpretes, que en una atmósfera surreal van desarrollándose a través de sus actuaciones, danza, plástica y música. Esta obra se ha presentado en diferentes espacios. En esta ocasión, un patio real, arbolado, con una pileta de aguas calmas, un fuego crepitando en una parrilla y a cielo abierto con nubes y estrellas (pocas) hace las veces de escenografía y de palco. En este entorno poco habitual, muy bello de por sí, sucede por estos días Cimarrón. Su nombre sugiere algo salvaje, que ha adquirido una libertad perdida y se ha vuelto indomable. Sin embargo, sería más atinado decir silvestre, ya que es un juego poético y delicado. Sus temas: el hermano que desaparece y vuelve transmutado; la pareja que busca la manera apropiada de criar a su hijo/a xxy; un arquitecto que vive viendo su proyecto soñado destruido por un evento natural; un futuro feliz para las mujeres; fragmentos de ‘Cartas a un joven poeta’; ‘La flor de la canela’, entre otros, se plantean, simplemente, se ofrecen y quedan flotando en el aire, como una diapositiva que pasa y queda en la retina.
La puesta de desarrolla en toda la extensión del patio, alejándose del concepto ‘escenario’. Hay algunas escenas más cercanas y otras más lejanas; ellos se mueven libremente, rodeando la pileta, acercándose al fuego. No hay límite alguno entre los espectadores y los actores. Solo dos luces en los extremos permiten disfrutar de la penumbra de la noche. El vestuario es cotidiano. Los actores: Esteban Bigliardi transmite una calma zen, Agustina Luz Lopez ofrece una poética belleza y Denise Groesman despliega gran histrionismo y una potente danza en la apertura. Un espectáculo muy interesante para disfrutar.
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