Cuidado con andar mostrando las ancas

“Pueblo chico, infierno grande”, dicen. Al costado de la ruta, donde la desgracia asoma, una pequeña localidad se prepara para celebrar “la fiesta nacional de la rana”, con la estelar presencia del intendente y su acompañamiento.
Un grupo de mujeres prepara una coreografía de nado sincronizado para dicha celebración y los hombres andan merodeando en el estanque, en busca de un carnoso par de ancas de rana para cenar.
Una desaparición y silencio, tabú, “de eso no se habla”, una buena bocanada de aire y nuevamente a sumergirse en el agua del lago contaminado.
“Ballet acuático”, escrita y dirigida por Maria Emilia Ladogana, es una propuesta diferente y original. De esas obras en las que el público se acomoda y en cuanto se le presenta la temática del espectáculo, probablemente se pregunte “¿qué va a pasar acá?”. Un guion para nada predecible, empapado en un humor inocente, inundando lentamente el lado B de esta historia, que nada de cómico tiene.
Cabe destacar la dirección, en conjunto con el diseño de movimiento a cargo de Romina Padoan: los intérpretes van a recorrer todo el espacio escénico, generando mucho dinamismo en la pieza y creando la sensación de “pozo” donde sucede la mayor parte de la acción y su periferia. A su vez, son muy atractivos los instantes de ensayo y presentación de la performance acuática.
A nivel actoral, todos manejan un código similar, singularizando el origen de sus personajes en cuanto al dialecto y modales, pero nada es exagerado. Hay mucho trabajo en la palabra no dicha, en las miradas que esconden secretos y en la complicidad de las partes.
Otro punto fuerte es el diseño escenográfico de Laura Copertino. Una idea interesante trabajada con distintos materiales y texturas, pero con lo cristalino del agua como factor en común, tanto en las estructuras donde los actores van a sostenerse, así como también en el suelo que va a jugar el papel de laguna en cuestión.
El diseño de luces también es de resaltar, proporcionando en su mayoría una tonalidad azul, con instantes rojizos que van a marcar los golpes de tensión en el recorrido dramático.
Para finalizar, el diseño sonoro ambiental, el canto de los grillos y las gotas de agua, van a provocar la impresión de un lugar húmedo, abandonado, a la intemperie.
Una alternativa particular dentro de la cartelera independiente porteña, que formó parte en 2022 de la quinta edición del Festival Callejón y del “Ciclo MÁS TEATRO”, organizada por la fundación SAGAI.

Ficha:

Dirección: María Emilia Ladogana
Actúan: Rocío Domínguez, Vanina Dubois, Julia Gárriz, Leo Martínez, Luciano Kaczer, Catalina Napolitano.