Al borde del colapso

Byron, un “restó boutique” de moda. Un call center con un solo empleado. El fin de semana que se acerca. Un actor a la espera. Sam… Sami…Samuel, detrás de todo.

Sami (Ariel Staltari) trabaja en el sótano de un restorán, atendiendo las reservas telefónicas que no paran, porque claro, es el lugar de moda y nadie se lo quiere perder, pero al ser un lugar muy exclusivo, son pocos lugares y este pobre empleado, ya no sabe qué hacer para que todos puedan ir, sobre todo los vip que no dejan de llamarlo.

Simultáneamente tiene al chef en otra línea y a sus compañeros del salón en el intercomunicador; como si eso fuera poco su celular que no para de sonar.

Él está sólo y se ocupa de todo, su trabajo desbordaría a cualquiera, pero él logra mantenerse bastante “centrado”. En medio de todo esto, sueña con ser actor y aguarda noticias de su inepto representante, quién pareciera ni saber quién es, mientras un amigo y colega no deja de restregarle que ya lo convocaron para el mismo rol que el protagonista espera.

El lugar es deprimente, más allá de no tener ventanas, sólo cuenta con un escritorio y una silla bastante desgatados, estantes llenos de cosas y dos escaleras, una que da a la cocina y la otra al salón.

Este unipersonal, es una espectáculo “de actores” porque más allá del argumento que es sencillo: un hombre desbordado por su trabajo en un sótano, es un desafío enorme, ya que cada uno de esos llamados, cada personaje que está “del otro lado”, también es interpretado por el protagonista.

Ariel compone desde la voz y la corporalidad a 40 personajes, que se suceden con una inmediatez asombrosa, mientras el salta de uno a otro con un timing que lo hace ver simple, cuando en realidad es muy complejo.

Si bien Ariel está sólo en escena, cuenta con la dirección de Pablo Fábregas, que de comedia y ritmo escénico, sabe y queda demostrado en la forma que propone la puesta, con el actor recorriendo todo el espacio, generando un lugar para cada personaje, para que se luzca la construcción de cada uno; también el juego de espacios dentro y fuera de escena, logrando que todo se unifique con naturalidad.

Samuel está abrumado por los clientes exigentes, compañeros desconsiderados, un jefe que es puro ego, un representante que lo ignora, un llamado que no llega, una mujer que lo tiene obnubilado aunque no es recíproco, un “amigo” que no hace más que comparase, un padre que no deja de llamarlo con un tono lastimoso y un hermano que sólo busca discutir… todo en una jornada, todo sólo en un sótano, todo sin respiro… todo… todo… todo casi sin tiempo de nada. 

Una comedia vertiginosa, muy divertida y con un intérprete que es para aplaudir de pie, un trabajo actoral admirable. Son 70 minutos en los que van a desear, no estar en sus zapatos!

Ficha:

Con: Ariel Staltari

Dirección: Pablo Fábregas

Género: Comedia