Música para volar

Esta gente está loca: cuerpos se trepan, se cuelgan, despegan del suelo y se elevan. Se retuercen y contornean, habitan el espacio (todo). Se revuelven en sí mismos y danzan vertiginosamente suspendidos en el aire. Se jactan de su locura, sueñan despiertos, emergen las imágenes de éxtasis y explosión, cuerpos al viento y al delirio de imaginar el tango y sus compases materializado en una alucinante danza aérea de ininterrumpidos ochos.

Con una orquesta imponente conformada por siete músicos y un cantante en vivo, los movimientos de los bailarines acróbatas, colgados de cuerdas, sogas y arneses se liberan para exponer la plena emocionalidad cuando el lenguaje corporal no tiene límites y expresa en toda su potencia esa dimensión que solo quiebra la gravedad. Un elenco notable por su excelencia recorre el cancionero popular rioplatense (tangos y valses) ajustando cada gesto, cada nota y cada palabra en una composición sublime de belleza poética.

Canciones y acertadas coreografías bombardean el espacio y se agigantan, toman vuelo explorando las inagotables formas del arte. La compañía de danza aérea, dirigida por la coreógrafa Brenda Angiel experimenta y no deja de ensayar caminos nuevos al hacer del hecho teatral un hecho vivo en un contacto casi vivencial con la pura emoción y aquella fantasía de los cuerpos que permanecen en el suelo.    

El diseño lumínico cargado de contraluces refuerza una atmósfera que no deja de lado la nostalgia y la sensualidad del tango envolviendo a los cuerpos suspendidos en un delirio onírico de fuerza, pasión y coraje. El vestuario subraya la íntima complicidad de telas y piel, ofreciendo las formas más diversas de la vitalidad. La obra con un extenso recorrido por diversos festivales de Europa, USA y América Latina, se convierte en una irresistible adicción y resulta necesario poder asistir a tan extravagante propuesta escénica.    

Ficha

Género: Teatro danza