Del grupo teatral “Las Pulsiones de Yamyla”, se presentó en Paseo La Plaza “Versicolor” la obra de teatro o “performance psicológica multimedia” (como anuncia el programa) escrita y dirigida por Demian Alexander Cirigliano.
La protagonista e hilo conductor de esta historia es Yamyla.
¿Quién es ella? ¿Somos nosotros los que condicionamos su ser?
Una de las proyecciones del inicio enuncia “Nacemos originales y morimos siendo copias” y la mente se te expande en cuestionamientos, y cuando crees haber encontrado alguna respuesta aparece sorpresivamente un sonido, un texto o una imagen que te devuelve a esa situación de interrogación constante.
El espectáculo en sí es un gran disparador, una invitación de la que nadie puede escapar a repensarse pero también a tomar decisiones de manera activa en la totalidad de su duración.

En “Versicolor”, ni bien se ingresa a la sala uno se encuentra con el espacio sin butacas, dos pantallas enfrentadas, algunos objetos, dos personas que filman y nos filman y música en vivo, como si se tratara de un indicio de que estamos por adentrarnos a la cabeza de Yamyla o que en realidad ya somos parte de ella. Los espectadores se acomodan tímidamente en algún lugar esperando encontrar la pauta que nos indique hacia dónde mirar. Al espectáculo lo realizan los actores pero también lo somos nosotros: pequeños comentarios, acciones concretas, respuestas, miradas a los ojos, celulares encendidos tomando fotografías o filmando constantemente, situaciones que me hacían sentir que estábamos siendo parte de un episodio más de Black Mirror.

La acertada forma de escribir de este dramaturgo, por momentos poética, en ocasiones cotidiana pero totalmente fragmentada contribuye a adentrarnos en ese universo de sufrimiento, dolor, abandono y recuerdos tortuosos, de esa joven víctima de violaciones y maltratos constantes a la que pareciera que la única alternativa es la muerte o el encierro y que sus opciones están determinadas por el entorno.
En cuanto al elenco, se destaca la interpretación del actor Marcelo Marchese encarnando a ese padre perverso y desagradable, actuación tan real que provoca que a más de uno se le revuelva el estómago.
Por otro lado, merecen ser mencionados los operadores Sebastian Rolando y David Muro y los técnicos del teatro, quienes llevan adelante de una manera sincronizada todo el despliegue técnico que requiere la obra.
“Versicolor”, es una experiencia teatral avasallante que recomiendo ir a ver, ya que les aseguro que no se sale de la misma manera en que se entró.