Mirando sin mirar

Un balcón, una historia, vidas que se cruzan y momentos que despiertan. El espectador se encuentra situado en una sala y desde allí se le presentan interrogantes que serán develados en el transcurso del espectáculo.

Un balcón con vistas es una obra que invita al público a ver desde el ADN marital, como también reconocerse en los personajes y realizar una suerte de introspección que entre muchas risas, hace que se acompañe todo el espectáculo.

Esta gran comedia compuesta por jóvenes que desplieguan su caudal actoral de una forma sensacional, manteniendo el timming de la obra en todo instante.

Con dirección de Maria Rosa Frega el espectador es invitado al balcón a verse, reconocerse, e intentar entenderse con otro que le genera amor, desamor, conflicto y una suerte de auto convencimiento de lo que uno hace está bien, pero también, despierta preguntas como ¿siempre uno busca en una pareja ser su mejor versión? ¿los vínculos se achanchan? ¿el amor se encuentra en un espejo o en una diferencia?

Los personajes ayudan a vislumbrar todos estos interrogantes, comenzando por Cristina (Solange Verina), una joven que vive sola y tras una desilusión amorosa con Abel (Nicolás Zuviria), busca reacomodar su vida pero no sin antes generarle celos a ese ex que todavía sigue queriendo. Con una gran interpretación esta joven sitúa al espectador en su comedor y mediante pistas y sucesos que van aconteciendo despierta risas en todo momento.

Abel es un joven que mediante su ego busca reconquistar a su pareja Cristina y es el primero que lleva al espectador a realizar la introspección, mirarse y reconocerse ahí en ese diálogo y esas actitudes. El personaje llevado adelante por Nicolás Zuviria es desopilante, despierta risas desde su aparición y lleva adelante el hilo conductor de la historia hasta presentar cierta reflexión final, que le da cierre a todo el entramado de la misma.

Georgina Mollo lleva su caudal actoral más allá; se pone en la piel de Luna, una mujer que busca agradar a todos sin hacer valer realmente lo que a ella le gustaría, su frase “así como me ven hace tres años que no critico a nadie”, despierta en el espectador la pregunta de ¿está bien o mal ser crítico a veces?, el desamor que plantea principalmente este personaje para con Diego (Gastón Ares), hace ver lo efímeras que pueden ser las relaciones ya que ambas parejas llevan juntos un tiempo prudencial como para conocerse y elegirse, pero también hacen notar que uno quizás al no ver los errores del otro, al no hablar, y esconder por momentos sentimientos se pueden cometer dos errores como vivir desde el conformismo y apego para no perder a la pareja y acoplarse a la forma de ser del otro (Cristina – Abel) como vivir bajo la desconformidad y el ocultamiento buscando agradar todo el tiempo para no vivir en una soledad constante (Luna – Diego).

Un balcón con vistas es un viaje que lleva al espectador por sentimientos como: lo estructural encarnado por Solange Verina, la disconformidad llevada al frente por Georgina Mollo, el humor y desparpajo que debe tener una pareja que representa Nicolás Zuviria y la dualidad la vulnerabilidad y sincericidio presentado en Gastón Ares.

Es una obra para ver en pareja ya que seguramente ambos lograran reconocer en esos personajes algo que le suceda como individuo en la relación o a ambos como así también verla solo para poder reflexionar sobre ciertas cuestiones.

Es una comedia magnifica ya que deja como moraleja esta cuestión uno ¿sabe vivir solo o busca siempre otro que lo complemente?

 

Ficha

Elenco: Georgina Mollo, Solange Verina, Nicolás Zuviria, Gastón Ares

Dirección: María Rosa Frega