Tommy

Tommy

Ficha

  • Datos de funciones:

    Funciones: Martes 21hs
    Teatro Maipo (Esmeralda 443)
    BAJO

  • Prensa:

    Prensa: We

 

Sentir

Muchas veces vamos al teatro sabiendo medianamente con que nos encontraremos, en este caso fui solo con dos datos: que el protagonista era un chico ciego, sordo y mudo a raíz de un shock emocional que tuvo en su infancia y que el musical tenía música de The Who (de quienes debo confesar, no conozco demasiado); de ahí en más todo sería un descubrimiento y  la realidad es que fue una gratísima sorpresa.

Este musical dirigido por Diego Ramos es un estallido, tiene mucha fuerza, emoción y como si eso fuera poco, deja un “consejo” para enfrentar la vida con la mejor mirada, invita a sentir. En lo que a Ramos se refiere, claramente sus años como actor lo nutrieron en más de un aspecto y hoy demuestra que es un gran director, realiza una puesta precisa, en la que conjuga la técnica, lo artístico y la emoción; cada elemento está en el lugar justo.

La orquesta, con Santiago Rosso a la cabeza, es fundamental ya que sin la fuerza e impronta que tienen, el espectáculo definitivamente sería otro, es vital que estén de la manera que están. Mariano Cantarini (guitarra), Santiago Greco (guitarra), Martin Lozano (bajo), Maximiliano Cataldi (batería), Tomás Horenstein (teclados), Agustín Konsol (teclados) y el mismo Rosso al piano, son los responsables de que esto suceda.

Tommy no ve, no escucha y no habla, porque alguna vez ante un hecho de alto impacto en su vida, le dijeron que no vea, no escuche ni hable y así perdió sus sentidos pero no pudo parar de sentir, de estar atravesado por la vida, las emociones y la vibración de las cosas y así, aunque todo eso quedaba guardado dentro suyo, como todo lo que necesita explotar encuentra una vía de escape y se transforma en campeón de pinball. Tommy  no ve, pero necesita una y otra vez estar frente al espejo, la repetición angustia, ahoga, desespera, mete al espectador en un mundo en el que nada tiene sentido, donde todo se limita a estar a ser, a permanecer.

Tommy pasa su infancia y parte de su juventud en esta caja negra, donde a pesar de ser un ídolo de masas,  no logra conectar con nada ni nadie, solo la vibración y los botones de esa máquina que se vuelve su mundo.

Así como esta ópera rock recorre la vida del protagonista, son tres los actores que lo interpretan, Martina Iglesias (si, una niña) se encarga de darle vida al pequeño  Tommy, esa primera época en la que todo se desata, cuando se desconecta del mundo exterior y empieza el largo recorrido por uno y otro y otro consultorio médico. La segunda etapa está a cargo de Nicolás Souza, el niño ya tiene once años, es el momento en que nace la afición por el juego.  Ambos logran transmitir emoción, llegar al público, sin hablar, sin necesidad de hacer demasiadas cosas, aun así generan una empatía inevitable.

Un juego en el que se conjugan espacios y tiempos, los pequeños conviven con el Tommy joven y es ahí donde comienza su juego Ezequiel Rojo. Su trabajo es excelente, desde lo vocal y lo actoral, la forma en que va reflejando los diferentes estados por los que este personaje va atravesando, logra conectar desde la desconexión de Tommy, conmueve su forma de construir el devenir del joven.

Hay una realidad: todo el elenco está impecable,  es un grupo sólido, que fluye, que se complementa, donde todos son vistos y suman a la historia. Igualmente veamos al menos los personajes principales, no sin antes destacar el trabajo de Juan Fonsalido, quien demuestra un gran crecimiento, logra destacarse, sus movimientos y energía son muy notorios; también Federico Fedele que sigue sumando a su recorrido.

El elenco se completa con: Clara Lanzani, Manuel Di Francesco, Federico Yernazian, Nicolás Serraiti, Proscilla Rocca, Mariana Barcia, Evelyn Basile, Elian Farias y Leandro Tobares.

Ahora si vamos a los personajes centrales. Mariano Zito y Micaela Racana son los padres de Tommy, son la causa y la consecuencia de todo lo que pasa; ambos logran lucirse individualmente y se complementan muy bien, esta pareja lleva un peso sobre sus hombros que los intérpretes saben manejar, generando diferentes climas.

Por otro lado Fran Eizaguirre, el primo del protagonista, definitivamente si bien participa en otro tipo de espectáculos, su incipiente carrera se está tiñendo de rock y personajes llenos de recovecos, a los cuales indaga y hace frente, camina por una cornisa que separa la comprensión del abuso… mezcla extraña, pero posible. Muy buen trabajo.

Por último Walter Canella y Patrissia Lorca, hace años que trabajo tras trabajo demuestran su calidad artística y esta vez, no es una excepción. Wally se pone en la piel del tío de Tommy, su construcción es sutil y efectiva, este hombre tiene doble cara y él logra desdoblarse, mostrar una faceta cuando hay gente y otra cuando nadie lo ve, la inocencia que muestra desde lo gestual, juega un contrapunto interno con quien es realmente el personaje; puede poner en juego su ductilidad vocal y demostrar su calidad interpretativa.

Patrissia…  su Acid Queen solo necesita pisar el escenario, abrir la boca y soltar algunas notas para llevarse una de las mayores ovaciones al final del espectáculo. Un personaje que cuenta con pocas apariciones, pero como siempre se dice no hay pequeños papeles sino pequeños o grandes actores y está muy claro de que lado esta Pato. Con cada trabajo que realiza se supera, aplausos.

La puesta escenográfica es simple y funcional, no requiere demasiados elementos para generar espacios y contar el cuento, escenografía y diseño de luces se complementan para que visualmente sea tan impactante como la trama requiere. A esto se le suma el vestuario, refleja el espíritu de una época, ayuda a ubicar en tiempo y lugar a estos personajes.

Un espectáculo donde todo se conjuga, lo actoral, lo vocal (a cargo de Matías Ibarra) y lo corporal (en manos de Vanesa García Millan) con un mismo fin, todo se enfoca y apunta a una misma dirección, donde cada parte se toma como parte de un todo y no como bloques estancos, todo se suma poco a poco.

No sabía bien con que me iba a encontrar y lo que encontré fue un hallazgo, fuerza, emoción, solvencia, talento… mucho más no se puede pedir. Mira, toca, sentí, cura… ama y básicamente viví!!

Ficha:

Con:  Ezequiel Rojo, Clara Lanzani, Manuel Di Francesco, Federico Yernazian, Nicolás Serraiti, Proscilla Rocca, Mariana Barcia, Evelyn Basile, Elian Farias, Leandro Tobares, Juan Fonsalido, Federico Fedele, Mariano Zito,  Micaela Racana, Patrissia Lorca, Walter Canella, Fran Eizaguirre, Martina Iglesias y Nicolás Souza

Músicos: Mariano Cantarini (guitarra), Santiago Greco (guitarra), Martin Lozano (bajo), Maximiliano Cataldi (batería), Tomás Horenstein (teclados), Agustín Konsol (teclados)

Dirección musical: Santiago Rosso

Dirección vocal: Matías Ibarra

Coreografías: Vanesa García Millán

Dirección general: Diego Ramos

Categorías: Musicales, Reseñas

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