La vida es un show

Los medios masivos de comunicación, la televisión y las redes sociales en las últimas décadas fueron productoras de entretenimiento, sin tener ningún tipo de escrúpulos sobre su contenido. En la actualidad el capitalismo lleva a las personas a consumir todo el tiempo y todo tipo de productos. Las personas se convierten en productos y los medios bien saber utilizarlos para su beneficio económico. Nothing to Hide, aborda esta problemática con creatividad mediante una propuesta que fusiona el teatro, lo performativo y la tecnología.

La obra sitúa al espectador en un programa de televisión. Hay cámaras, monitores y hasta técnicos que operan el equipamiento. Una pantalla gigante de fondo y una iluminación blanca completan ese estudio televisivo. En el cual Melina Seldes, interpreta a la conductora del programa, que con preguntas que pueden generar desde incomodidad hasta risa dialoga con el público. Para luego presentar a la invitada de la noche. Y hacer un show con su historia de vida, haciendo énfasis en el amarillismo, el morbo y el golpe bajo. Una retórica típica de los medios.

Con el devenir del programa todo se va transformando en noticia, desde los acontecimientos más terribles hasta cuestiones banales, todo es un pasatiempo para ser consumido y olvidado.

La utilización de cámaras y pantallas genera varios planos de vista para el espectador. Que a su vez no es sólo espectador, sino es parte del programa. O sea está sumergido, de alguna manera, en la ficción que la obra propone. Este doble juego, toma mayor relevancia en los momentos en que se interactúa con el público. Y genera un efecto muy fuerte, dado no por la identificación del público con lo que sucede en escena. Sino por ser partícipe necesario de lo que sucede en la escena. Podría decirse que en lugar de ir a “ver” una obra de teatro, en este caso el espectador va a “vivir” en una obra de teatro. Y es sin dudas, una experiencia que merece ser vivida.

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Género: Nuevos Formatos #drama #streaming #performatico