Mi hijo sólo camina un poco más lento

Mi hijo sólo camina un poco más lento

Ficha

  • Datos de funciones:

    Información sobre las funciones en la cartelera

  • Prensa:

    Marcos Mutuverria

 

Cosas de familia

Amor. Angustia. Dolor. Lástima. Bronca. Falta de aceptación. Esperanza.  Falsas esperanzas. Apariencias. Expectativas. Frustración. Compañía. Aceptación. Vergüenza. Una enfermedad, un problema físico, se puede volver el punto de partida para las más diversas sensaciones, puede modificar no solo la vida de quien lo padece, sino a todo su entorno y las relaciones circundantes.

Según palabras de su director, Guillermo Cacace: “La puesta despoja al espectáculo de los atributos tradicionales del teatro: escenografía, vestuario e iluminación”, es por eso, que un escenario cuasi vacío, será el marco para este espectáculo; algunas sillas viejas y rotas (que hablan mucho de esta familia) bastarán para desarrollar la acción. Todos los actores, usan equipos de gimnasia, lo que por un lado saca el foco de la ropa y por otro unifica, genera un aire de familiaridad.

Branko cumple 25 años, está en una silla de ruedas y al parecer, es el que más ha naturalizado y acepta el tema, para su gente, es una piedra en el zapato, es como si dieran su vida y felicidad por perdidas, de más está decir, que no saben cómo lidiar con el tema, ni como relacionarse con él.

Cuando inicia el espectáculo, todos corren, dan una y otra y otra vuelta alrededor del escenario, están así un largo rato, es como si no pudieran parar o si se estuvieran alimentando de la energía que ellos mismos generan, pero después, pareciera que ese movimiento es lo que les falta, parecen estancados, que se hubiesen quedado en el tiempo que todos de una u otra forma, caminan un poco más lento.

Cacace propone una puesta ágil, una montaña rusa de emociones, donde los once actores, no pueden perderse un minuto de lo que pasa en escena (están casi todo el tiempo presentes, ya sea en acción o sentados alrededor), para que no se diluya el ritmo y la historia circule, para que esa familia se relacione y sus vínculos no paren. Padres, hijos, hermanos, tíos, cuñados… incluso una enamorada del cumpleañero que no puede parar de hablar… todos los miembros de esa familia, reflejan lazos conocidos, atravesados por un “problema” particular y el inexorable paso del tiempo, que en este caso, pareciera no dejar más que grietas.

La mayor carga emotiva, se encuentra en Mía (la madre de Branko), está llena de sentimientos encontrados y culpas, le cuesta vivir, casi ni aspira a ser feliz, la situación la supera, hizo que todo y todos pasen a un segundo lugar, su marido, su hija, ella misma, incluso su hijo, quien pareciera que, ante sus ojos, fue reemplazado por la silla en la que se mueve.

Un espectáculo que se solventa con muy buenas interpretaciones, un grupo compacto de actores, que hacen girar esta rueda. Si bien algunos de ellos tienen solo algunas líneas, su presencia, se vuelve necesaria para poder contar el cuento.

Dos elementos que se repiten en algunos espectáculos del director, lo que se vuelve una marca registrada, ellos son: por un lado, lo relativo a la puesta y la acción, cada movimiento está colocado allí por algo, una rotación o un cambio de posiciones generales por ejemplo, son el indicador de un cambio de tema o del pase de una escena a la otra.

Por otro lado, la muy interesante incorporación de un relator, que va verbalizando las didascalias (aclaraciones de movimiento y estado), convirtiéndose en un guía de la historia. La combinación de esta particularidad, con la forma de moverse que tiene el conjunto de personajes, genera un plus en la puesta, movimientos y contactos entre personajes que no se ven, pero se escuchan, por momentos, generan mucha más fuerza que si simplemente estuviera la acción.

Un interesante texto del croata Ivor Martinić, que muestra como el «caminar un poco más lento» de este joven, genera múltiples reacciones y por momentos, pareciera que no importa lo que le ocurre a él con su situación, cada uno la amoldará a lo que le quede más cómodo.

Un espectáculo que justifica la gran cantidad de premios y nominaciones que tiene en su haber y los seis años que lleva recorriendo diferentes escenarios.

Ficha:

Elenco:
Branko – Juan Tupac Soler
Mía – Paula Fernandez Mbarak
Roberto – Antonio Bax
Doris – Romina Padoan
Ana – Pochi Ducasse
Oliver – Luis Blanco
Rita – Clarisa Korovsky
Miguel – Aldo Alessandrini
Sara – Pilar Boyle
Tin – Gonzalo San Millán

Actor a cargo de las didascalias: Juan Andrés Romanazzi

Dirección: Guillermo Cacace

Categorías: Reseñas

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