Los muertos

Los muertos

Ficha

  • Datos de funciones:

    Sábados 19.30 hs.

    CELCIT. Moreno 431. Teléfono: 4342-1026

  • Prensa:

    Prensa CELCIT

  • Entradas:

    Entrada: $ 350. Estudiantes, docentes y jubilados: $ 250.
    Entradas en venta con hasta tres semanas de anticipación

 

Los muertos resignifican

Los muertos es una inusual obra escrita por Mario Levrero, dirigida y adaptada por Irina Alonso. “El hombre necesita de los signos para conocer” dijo, alguna vez, Charles Pierce, y Levrero intenta representar esto en una obra bien llevada y adaptada por su directora. Protagonizada por Martín Bobet, Fernando Carón, Facundo Giménez y Juan Trillini.

Un grupo de operarios acomoda cajas en un depósito cuando uno, luego de un desmayo, comienzo a narrar un hecho que le sucedió: en la casa de sus tías, donde vive, oye un disparo. Este es el punto de quiebre de un relato que se va a concatenar con diferentes historias y sueños pasados. Signos que le ayudan a enlaza una con otra, convirtiendo a la obra en una historia dentro de otras.

El desmayo del personaje le provoca a este que balbucee, tenga poco equilibrio y confunda sueños con realidad. Así, miedos y acontecimientos se entrecruzan, “mezclando” historias, utilizando mínimos signos para ello. Por ejemplo, dos paquetes enlazan su historia con una amante y haberse cruzado, en el presente, con una señora mayor en la calle.

Sus compañeros, mientras tanto, escuchan, pero también son las tías, la señora mayor, un amigo o aquella amante que tanto marco al protagonista.

En el final, el protagonista realiza una suerte de discurso filosófico, dónde se replantea muchas cosas de su vida. Une todos estos relatos, metidos uno dentro del otro, cual mamushka, para repensarse a sí mismo y a su vida.

Este final es una sutil forma de indagar en los sentimientos y reacciones en sus conflictos y miedos a la hora de tomar decisiones. En fin, sacar de adentro sus resistencias, y las nuestras. Algo que cualquiera de nosotros ha pasado más de una vez. La obra, logra, sí, dejar al espectador pensando sobre sí mismo; consigue, también, que al salir de la sala, hilvanar acontecimientos y acciones pasadas, nuestras y de cercanos.

Las actuaciones son muy buenas, así como también es de destacar lo técnico de la obra. Luces y sónido hace lo suyo para significar los diferentes escenarios descriptos por el actor. Todo el trabajo técnico se debe a la buena dirección y adaptación de Irina Alonso, quien logró generar ritmo y climas correctos sin caer en exageraciones.

Ficha:

De Mario Levrero. Adaptación y dirección: Irina Alonso
Con Martín Bobet, Fernando Carón, Facundo Giménez, Juan Trillini

Categorías: Reseñas

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