Cuando la presencia se instala en la ausencia

Erik e Ivo son primos. Tras la muerte del abuelo se encuentran en la vieja casona familiar, que supo acogerlos de niños y que fue el punto de partida de tantas aventuras. Es el momento de repartir los tesoros afectivos repletos de recuerdos que el abuelo les legó, momento sumamente movilizador que los revincula con ese pasado tan cargado de emociones. La ausencia de quien fuera su maestro, confidente y protector trae al presente fragmentos del pasado que los conecta con aquellas pasiones también heredadas: la pesca y la astronomía. Como así también los vuelve a enfrentar -como en la infancia- por la disputa del amor de ese ser que ya no está. Todo lo que los rodea en ese espacio está teñido de esa historia en común, de su historia, la de estos primos tan cercanos y tan distintos. Erik, apenas mayor que Ivo, siempre fue el más serio, aplicado y exitoso; Ivo, en cambio, el más bromista, impulsivo y resuelto. Una dupla dispar unida estrechamente por el afecto y los lazos de sangre. En este convite nostálgico en el que también hay espacio para la risa y el juego, la aparición de una caja con misterioso contenido le dará una nueva vuelta a esta historia en común, donde las presencias y ausencias se confundirán ineludiblemente.

“Lo visible, invisible” es una hermosa obra dramática, escrita y dirigida por Julieta Correa Saffi, llena de momentos cargados de emoción, pero también de risa y de belleza poética. La puesta es efectiva y dinámica. Cabe destacar el maravilloso trabajo que realizan los dos actores que componen a Erik (Tomás Almandos) e Ivo (Marito Falcón). Logran una conexión simbiótica y una verdad que trasciende la escena. Se amalgaman, se combinan y se complementan de manera extraordinaria, conmoviendo al espectador de comienzo a fin. La interesante escenografía (a cargo de Falcón), transporta a ese universo rural del que habla de la pieza. Consta de pocos objetos pero sumamente precisos y efectivos: un rectángulo que delimita el espacio donde transcurre la acción y de elementos propios de una casa de campo, a saber: un par de soles de noche, una silla algo derruida, un pequeño cofre con elementos de pesca, un telescopio, una mesita, leña y ropa campestre. Esta ambientación se complementa con el vestuario (de Paula Molina), que ubica a estos primos en este lugar común. Por su parte las luces (de Ignacio Geli) y la música y efectos sonoros (de Pablo Viotti), conectan al público con lo campestre, la vida al aire libre y los sonidos de la naturaleza. Le brindan realismo a la obra.

“Lo visible, invisible” es una bella historia que habla de los lazos familiares, de los vínculos con los abuelos pero también de ese vínculo tan particular que se establece entre pares, como lo son los primos. Vínculos, afectos y lazos familiares. Pero también habla de las ausencias y de las presencias y de cómo a veces lo visible e invisible se confunde cuando se los ve con los ojos del corazón. Emocionante e imperdible.

Ficha:

Dirección: Julieta Correa Saffi

Actúan: Marito Falcón y Tomás Almandos

Género: Drama