Pesadilla y tragedia

Con la adaptación de Alberto Ure y José Tcherkaski Cristina Banegas dirige La señorita Julia (en una co-producción argentino-uruguaya) que en 2017 forma parte de la cartelera de su propio teatro, El Excéntrico de la 18. El texto de Ure y Tcherkaski, realizado a fines de los años 70, es una adaptación del clásico que el dramaturgo sueco August Strindberg escribió en 1888.
La pieza comienza en pleno festejo de la Noche de San Juan, una festividad cristiana, aunque de origen pagano en la que se encienden hogueras para festejar el solsticio de verano. Julia (Belén Blanco), la hija del Conde, se mezcla con los criados en la fiesta y el encuentro con Juan (Diego Echegoyen), el mayordomo, desatará la tragedia que en esta versión tiene menos de naturalista y mucho de onírico.  Las luces, la escenografía, el vestuario, son todas piezas claves a la hora de construir este clima.
Las relaciones entre los géneros son siempre relaciones de poder, aunque estén atravesadas por otros factores como la clase, y de eso da cuenta esta puesta. A plena luz del día la sociedad ubicará a Julia por encima de Juan, tan solo por su pertenencia a una familia de alta alcurnia. Sin embargo en la noche, sin nadie alrededor observando ni juzgando, el discurso de mayordomo sometido se diluye cuando Juan pretende hacer valer su hombría. El sexo y la manipulación son solo algunas de las herramientas que utilizará para someter tanto a Julia como a su prometida, Cristina (Susana Brussa), la cocinera de la casa.
Los personajes femeninos constituyen los dos modelos de mujer que la misoginia ubica como opuestos. Por un lado Julia, la niña malcriada, que intenta vivir su sexualidad con plena libertad sin importar el qué dirán. Por el otro, Cristina, la mujer trabajadora, sometida ante su jefe y ante su prometido, quien además se ampara en la moral cristiana a la hora de perdonar el accionar de Juan y condenar el de Julia. Las mujeres como enemigas: la gran conquista del patriarcado.
El trío a cargo de la actuación realiza un trabajo bestial, en los tres hay fragilidad y hay exceso. El cuarto personaje es el padre de Julia, representado en un par de enormes botas negras, representando el poder del amo y del padre ante el que se someten los otros tres personajes.
Todas las contradicciones vividas por Julia entre sus ansias de libertad, fomentadas por una madre feminista, y lo que la sociedad –y su padre- esperan de ella en tanto mujer, se hacen carne en el cuerpo de Blanco que construye una Julia siempre al límite del precipicio, hasta que la violencia y sus emociones la desbordan y la tragedia se hace sangre.

 

Ficha

Con: Belén Blanco, Diego Echegoyen, Susana Brussa

Dirección: Cristina Banegas