Estamos ganando.

Una obra basada en la novela ‘2022- La Guerra del Gallo’ de Juan Guinot, finalista del premio Celsius que otorga la Semana Negra de Gijón 2012.

Un acercamiento diferente a un tema tan sensible como es las Islas Malvinas, del que aún hay tanto por revisar y hacer. La Guerra del Gallo es una apuesta arriesgada en ese sentido, ya que se atreve a jugar con lo irreverente; como una luz lateral que agranda una sombra y permite ver algo desde otra perspectiva.

Se trata de un joven, Masi, que a los trece años se alista para combatir en las Islas Malvinas, aunque obviamente no es convocado por su juventud. Esta circunstancia marcará su vida y arrastrará su mente a una realidad personal fijada obsesivamente en vencer a los ingleses. Encerrado en una habitación de un neuropsiquiátrico, pero más que nada, en su propia cabeza y vistiendo ropas de combate, desgrana su historia personal en la que se combina la supuesta gesta nacional con la venganza de su mascota convertida en guiso en manos de su aborrecida abuela.

En algún momento le toca tener un compañero de habitación:  un buzo táctico, quien le informa sobre la fracasada Operación Gibraltar. Masi concluye que será allí el segundo tiempo de la batalla y la encara con toda su pasión y valor en los confines que su imaginación abre en el cuchitril en el que suceden sus días hasta llevar a cabo su misión.

Martín Amuy Walsh construye a este Masi inocente y tosco, como un niño grande, que proyecta las voces que se agolpan en su mente para lanzarse a una aventura reivindicadora de su existencia. Muestra fragilidad, a pesar de su cuerpo poderoso y provoca en el espectador cierta ternura. Su locura nos recuerda también al embriagado triunfalismo que diera entonces origen a la Guerra y convirtiera de un momento a otro a toda una nación en una hinchada enceguecida. La puesta, dirigida por el director y también novelista Mauro Yakimiuk, muestra un contraste entre la vulnerabilidad del querible Masi y la crudeza del entorno; esta habitación creada por Camilo Guinot con lo mínimo: una cama, un mueble, una luz y un libro que será su guía. Un entorno austero, que profundiza la idea de lo precario y solitario de su vida, únicamente llevadera en la poderosa ilusión esperanzada de ganar.

La obra, que claramente es ficción, provoca algunas risas en la audiencia, pero también trae recuerdos y sensaciones. Tal vez en el interior de quienes fueron muy jóvenes en 1982 siga latiendo un Masi de imprudente locura soñando con enarbolar la Bandera.

Ficha

Actor: Martín Amuy Walsh

Director: Mauro Yakimiuk