Siempre quedan los artistas

Se dice que forman parte de la farándula quienes trabajan en el mundo del espectáculo y del entretenimiento. Así como también a todo lo que rodea a estos ámbitos. En tiempos donde la televisión no era un medio de comunicación masiva; el teatro, la radio y el cine eran los espacios habitados por los faranduleros.  A principios y mediados del siglo pasado, el teatro cobijó a gran parte de estos seres itinerantes que con pasión contribuyeron a conformar la historia de nuestra cultura. “La gran farándula” es una obra que nos lleva a hacer un recorrido por el acontecer teatral de aquel momento. Un grupo de actores, actrices y músicos intentan evitar el remate de su teatro. La idea es resistir haciendo lo que ellos saben hacer. Solo les queda encontrar la obra que los represente. Partiendo de algunos estereotipos nos encontramos con Bravo, el actor cómico; Paloma, la actriz dramática; Isabela, la sobrina de una reconocida actriz; Leandro, el galán; y Mufa, el de la mala suerte. Todos ellos, a pesar de las diferencias se unirán para salvar al teatro de su cierre definitivo. Porque esa es la vida de los artistas; colmada de luchas, sueños y esperanzas.  Como dice Enrique Pinti: «pasan los mecenas, pasan los censores, pasan los hipócritas y moralistas, tiempos mejores y tiempos peores, quedan los artistas».

Este musical infantil está escrito y dirigido por Gastón Marioni. Es, sin lugar a dudas, un hermoso homenaje a los próceres de nuestro teatro nacional. La puesta en escena es dinámica. El desplazamiento de los actores, actrices y músicos en escena alcanzan un nivel de sincronicidad coreográfico. La música en vivo, el baile, las canciones: todo fluye en armonía perfecta sobre el escenario. La dirección es impecable, logrando cuidar hasta en el último detalle. Cabe destacar las actuaciones de Omar Calicchio, Anita Martínez, Julián Pucheta, María Rojí, y Nicolás Scarpino. Cada uno hace de su personaje una composición maravillosa. Partiendo del estereotipo, como en el viejo sainete criollo, construyen personajes fácilmente reconocibles y entrañables. Sumado a sus condiciones para el canto y el baile, este grupo de artistas de la escena, hacen de este espectáculo una obra de calidad. La escenografía es tanto referencial como funcional. Los decorados de época, los objetos escenográficos, los paneles o placas de fondo que se instalan como un dispositivo necesario para las proyecciones que homenajean a las grandes figuras del teatro nacional, cierran en su conjunto, dándole unidad a la puesta. Los vestuarios logran capturar una fotografía de la época, y a su vez se alinean a una estética que, junto a los maquillajes, las actuaciones y las coreografías, dotaran la escena de una teatralidad que generosamente trasciende el escenario.

La gran farándula, es una comedia musical para toda la familia. Un dignísimo homenaje al teatro nacional, cuna de enormes artistas, que poblaron la nuestra escena.

Ficha:

Con Omar Calicchio, Anita Martínez, Julián Pucheta, María Rojí, y Nicolás Scarpino

Dirección Gastón Marioni