El Incomprendido

Una atrapante propuesta con cierto aire medieval. Un pequeño tablado con cuatro frentes, que podría estar en una plaza de pueblo, será el marco perfecto para este espectáculo basado en el cuento ‘El Jorobadito’ de Roberto Arlt. Buceador del alma humana, su búsqueda nos lleva al lado más oscuro y ruin. En este caso, el viejo arte de intentar justificar las bajezas propias con los errores  de otro y pretender teñir un delito de acto de justicia en bien de la humanidad.

El protagonista, viéndose presionado a contraer nupcias con una novia que lo desprecia, subyugado por el poder de su suegra más que por el amor, crea un ardid para probar los sentimientos de la joven. Pero tiene una idea retorcida como las relaciones que establece y narra desde el encierro en el que hoy se encuentra. Su mente desvaría  de manera incesante en esa opresión, mientras pretende congraciarse con sus oyentes. Busca obtener comprensión de la naturaleza de sus actos, aunque no pide libertad, que pareciera estar fuera de sus expectativas. Pero algo busca, algo no tiene. O no es.

La obra está planteada desde el arte del bufón, territorio que juega con la deformidad, lo tosco y burdo y exige del actor una entrega completa de su cuerpo; el abandono de la lírica para embarrarse de lleno en lo no deseable. Convertirse en lo que los demás no quieren.  Un notable trabajo de composición, un muy interesante uso de los objetos en escena, sumado al desafío del texto. Claudio Pazos se retuerce, se transforma y enceguece al compás del relato que lo hace ser por momentos el vivillo, por momentos el despreciable Rigoletto  y en otros, él mismo, intentando analizar las palabras que pronuncia en un juego que rompe la ilusión para retomarla inmediatamente. Para reír, disfrutar y pensar.

Ficha:

Dramaturgia e interpretación de Claudio Pazos con la dirección de Jorge Diez.