Hermanos de sangre

Hermanos de sangre

Ficha

  • Datos de funciones:

    Funciones: Viernes y Sábados 21 Hs
    - Domingos 20.30 Hs
    Teatro Del Globo, Marcelo T. de Alvear 1155

  • Prensa:

    Prensa: Correydile

 

Somos quienes construimos

Así como si una línea imaginaria que divide una ciudad a la mitad, las clases sociales, se ubican de un lado u otro, generando un enfrentamiento simbólico, un distanciamiento, una construcción de la identidad que a veces se caracteriza más por diferenciarse del otro, mostrar todo aquello que no se es, que definirse como una entidad propia. De uno y otro lado se entretejen historias, se mira raro a los demás, se sospecha, se teme, se respeta, se admira, se envidia y esto no tiene que ver con el poder adquisitivo, sino con algo invaluable… el don de gente.

Dos familias protagonizan esta historia, una con las arcas llenas y otra no tan beneficiada ene se aspecto. La señora Johnstone, la más humilde (Julia Zenko) tiene varios hijos, está sola y todo se le hace cuesta arriba, como si fuera poco queda embarazada de mellizos. Por otro lado, la señora Lyons, la más adinerada (Magali Sánchez Alleno) quiere ser mamá y no puede. Una es empleada de la otra y las impericias de la vida hacen que sus bebes al nacer, deben ser separados, cada una de estas mujeres será mamá de uno y eso trazará el destino de esos niños Mickey y Eddie (Mariano Taccagni y Gonzalo Almada).

Los avatares de la vida hacen que estos mellizos nunca puedan separarse del todo, muy por el contrario, serán grandes amigos y sus vidas estarán entrelazadas más allá de lo que se había planificado.

Un musical dirigido por Alejandro Ibarra y Mariano Taccagni, que cuenta con una bella puesta, donde los contrastes y las intersecciones se vislumbran, se plasman y pintan todo el panorama, los personajes se mueven tanto espacial como temporalmente; los años pasan y los personajes van mutando, se van modificando sin perder la esencia. Todo fluye con naturalidad, los cambios se dan con suavidad, logrando un efecto en el que la elipsis casi no existe.

Con orquesta a cargo de Damián Mahler, compuesta por Agustín Konsol (Asistente de Dirección), Mariano Cantarini y Santiago Greco (guitarras), Ignacio Long (bajo) y Jorge Giorno (batería); ellos hacen que la escena vibre de otra manera, que los interpretes puedan explotar, generando un ida y vuelta arriba y abajo del escenario, haciendo que ambas partes de este todo, puedan brillar en conjunto, música, canciones y actuaciones, se unifican y forman un todo.

El elenco se completa con Laura Montini (Linda) una amiga muy especial, tendrá un lugar central en esta historia. Guillermo Jauregui (Sr. Lyons), Matías Asenjo (Sammy) el hermano mayor de Mickey, otro que tendrá una gran influencia en el devenir de los hechos, Lali Vidal (Donna), Verónica Pacenza (Brenda). Manuel Di Francesco (Perkins) y Matías Acosta (Robert). Cada uno de ellos realiza un muy buen trabajo, pasionales e involucrados.

Hay un personaje más, alguien que está un poco adentro y otro tanto afuera de la historia y es el narrador de los hechos, interpretado puntillosamente por Alejandro Vázquez, logra ser juez y testigo, parte y observador, cuenta con la sobriedad necesaria para el rol.

Es destacable el trabajo de Taccagni, una hermosa construcción de se inicia en ese inocente niño y termina siendo un hombre con todos los pro y contras que esto le atañe, muy buen trabajo que arranca en el cuerpo y se traslada a todo lo demás.

También las madres han sido hermosamente trabajadas por las protagonistas, construyendo no solo las personalidades individuales, sino que también generan una contraposición con la otra, sin dejar de complementarse, cada una crea sentido en relación a su contrafigura. Hablar de sus voces es simplemente decir que están cargadas de talento y emoción, que logran ir más allá del escenario.

La puesta escenográfica a cargo de Rene Diviu, pinta los dos mundos, la división y los cruces, los espacios privados y los comunes con pocos y representativos elementos; si bien no es minimalista, cuenta con los elementos necesarios para contar la historia, no tiene aires barrocos, recargando el escenario de elementos pintorescos pero innecesarios, sino que se limita a aquello que pueda contar, sin distraer.

Una obra de Willy Russel, estrenada en el West End que ahora con la traducción de Marcelo Kotliar, brilla en la escena porteña. Habla de dos hermanos, de dos familias, de dos sociedades que son una sola, de la tolerancia, los estigmas y el amor en más de una forma. Una hermosa puesta e interesantes interpretaciones que generan un combo digno de ver.

Uno de los primeros musicales del 2018 que seguramente tendrá mucha tela para cortar.

 

Ficha:

Con: Julia Zenko, Magali Sánchez Alleno, Mariano Taccagni, Gonzalo Almada, Laura Montini, Guillermo Jauregui, Matías Asenjo, Lali Vidal, Verónica Pacenza, Manuel Di Francesco, Matías Acosta y Alejandro Vázquez.

Orquesta: Damián Mahler (Dirección), Agustín Konsol (Asistente de Dirección), Mariano Cantarini y Santiago Greco (guitarras), Ignacio Long (bajo) y Jorge Giorno (batería).

Drección: Alejandro Ibarra

Categorías: Musicales, Reseñas

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