En guerra contra el odio

El odio como contracara del amor o rostro enceguecido que abre surcos y busca dañar al otro no cesa. El contexto político brasileño encabezado por Bolsonaro no hace más que profundizar el rechazo a las minorías, a la comunidad lgbt que lucha, resiste y sueña.

Según el filósofo francés Ranciere, la única forma de poder escapar del odio es a partir de una acción política incluyente elaborada desde abajo.

En este contexto de rechazo a las ideas políticas de Bolsonaro mediante manifestaciones como el “Eleñao”, dos mujeres, Catalina y María, deciden convivir en un departamento heredado por uno de sus abuelos con un pasado oscuro que no tardara en rebelarse.

A pesar de este clima de creciente discriminación, los días se suceden en el departamento con sus alegrías y conflictos. La pareja se encuentra en el intento de hacer que la relación funcione con sus idas y venidas, pero logrando acuerdos para persistir. Este amor comienza a verse amenazado ante las figuras de los vecinos que dejan mensajes violentos en la entrada de su vivienda.

El miedo se instala en el cuerpo de las mujeres, afuera es peligroso, por momentos, ni siquiera encerrado se está a salvo del temor porque el odio las atraviesa vayan a donde vayan. Una de ellas dice: “digo que me voy, pero no me voy a ninguna parte”, en un dialogo que hace recordar a “Final de Partida” de Samuel Beckett.

Por momentos, el recurso de subtitular los diálogos en portugués nos parece sumamente acertado porque permite comprender con mayor claridad ciertos pasajes de la obra. Además, la música da cuenta de la transición de un ambiente calmo a uno de mayor tensión, otorgando dramatismo.

Con las excelentes interpretaciones de Estrela Straus y Marina Artigas; y las proyecciones permiten dar cuenta del contexto y otorgan cambios de clima en la obra, asistimos a una lucha por sostener su identidad, su amor sin condicionamientos.

Ficha:

Dirección: Patricio Witis

Actuación: Estrela Straus y Marina Artigas.