Sin llave ni cerradura

«No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente», dijo alguna vez Virginia Woolf. La frase bien puede sintetizar la experiencia de la protagonista de El empapelado amarillo que los viernes y sábados por la noche sube a escena en la Sala Alberdi del Centro Cultural General San Martín. Sebastián Kalt es el responsable de la idea y la adaptación de este cuento de terror escrito por Charlotte Perkins Gilman en 1892, considerado una pieza fundacional de la literatura feminista.

La mujer protagonista de esta historia (interpretada por Alexia Moyano) sufre lo que su esposo, John, médico de profesión, considera  una depresión  nerviosa temporaria. Por la referencia que ella hace a un bebé, su propio hijo, podemos intuir que se trata de una depresión post parto. John alquila por el verano una antigua casa y confina a su esposa al ático, ya que considera que la cura del mal que la acecha radica en un reposo total. Le prohíbe cualquier tipo de tarea doméstica y también la posibilidad de escribir, para evitar cualquier tipo de estímulo, ya sea físico o mental. Jennie, su hermana, queda a cargo tanto de las tareas hogareñas como del cuidado de los niños.

El deteriorado empapelado amarillo de la habitación será entonces la única compañía constante para esta mujer y su principal interlocutor. La escenografía, la iluminación y las proyecciones (responsabilidad de Ariel Vaccaro, Alejandro Le Roux y Juan Pedro Yelpo respectivamente) transforman la pared empapelada en la segunda protagonista de la obra.

La prohibición de escribir no anula sin embargo la necesidad de narrar lo vivido y sentido, la obra sigue la forma de un diario personal mental que da cuenta de la espiral en la que se ve atrapada esta mujer. La protagonista reniega de la actitud paternalista de los tres médicos que opinan sobre su caso, dos de los cuales tienen un vínculo filial con ella: su hermano y, como se mencionó antes, su marido. ¿Cómo explicar los sentimientos, los pensamientos, las sensaciones a esos hombres tan racionales, privilegiados también por su pertenencia de clase y su formación académica? ¿Cómo enojarse con John que todo lo dice y lo hace escudado en el amor que le tiene a su esposa?

La obra constituye una crítica a la institución matrimonial, la división sexual del trabajo y la cultura patriarcal. La actuación de Moyano crea empatía pero en particular conmueve mientras su personaje se obsesiona progresivamente con los extraños dibujos del empapelado, deja de lado la sumisión y saca su rabia para intentar conquistar lo que todas: la autonomía.

Ficha:

Idea, adaptación y dirección: Sebastián Kalt

Intérprete: Alexia Moyano