Onírico grotesco-costumbrista

Algo no está claro. Nuestro protagonista, Enrique (Mariano Bassi) nos interpela directamente como si fuésemos su mente, pensándonos en voz alta. Pareciera ser un estado de sueño profundo, pero a su alrededor empiezan a brotar caras familiares. Su amigo, Pepe (Victor Salvatore), hace de cómplice entre tanta incertidumbre. Un matrimonio no consumado con María (María Colloca) reúne en esta fantasía a sus padres (Mónica Driollet y Hugo Dezillio), un borracho/acordeonista (Hernán Lewkowicz) y un violinista (Luciano Nobati) en un excéntrico cuadro que ahogará al protagonista en una creciente locura. Todo esto, en tono satírico y construcción detallada, construye la potente pieza titulada El casamiento, de Witold Gombrowicz, novelista y dramaturgo polaco-argentino, bajo la impecable dirección de Cintia Miraglia.

El efecto onírico es inmediato. Se observa un espacio despojado, con tres cortinas al fondo donde salen oportunamente mesas, sillas, cacerolas y demás elementos que nos transportan entre casas humildes, tabernas y hasta un ambiente palaciego. El texto es coreográfico y los desplazamientos de los actores, prácticamente poéticos. La obra describe una exquisita combinación de estos dos elementos, con acceso al humor, llevando a los protagonistas a danzar, narrarse unos a otros, reflexionar sobre lo que hacen y lo que dejan de hacer. A su vez, si bien la trama exhibe un claro personaje principal, todos ellos interactúan entre sí, generando distintos planos de acción, potenciando a la que hace avanzar la trama.

Resalta, además, la aparición de músicos en escena. Un acordeón, un violín, una guitarra y una voz femenina potencian a los actores y actrices que están a su cargo, tomando dichos instrumentos según la trama así lo precise, para luego interpretar personajes de minuciosa elaboración. Esto cabe para todo el elenco, que demuestra una sincronía y sinergia por demás efectiva. Y dicha fuerza termina de cerrarse con una dirección inteligente que opta por incluir al público en su silencio expectante, aunque permite intercalar el mismo con algunas carcajadas producto del texto deliciosamente interpretado.

No sobran las palabras para elogiar el logro de este espectáculo. Desde un guion absurdo (pero no por ello sin sentido) hasta un trabajo excelente de puesta en escena, El casamiento es un destacado imperdible del off porteño, dispuesto a sorprender a todo tipo de público.

Ficha:

Intérpretes: Mariano Bassi (Enrique), Víctor Salvatore (Pepe/ guitarrista), Hugo Dezillio (Padre), Mónica Driollet (Madre), María Colloca (María/ cantante), Hernán Lewkowicz (Borracho/canciller y acordeonista), Luciano Nobati (Dignatario /violinista)

Dirección: Cintia Miraglia