La locura de Cleopatra trae consigo la fatalidad

Cuando ingresamos al teatro, la niebla y la música del Antiguo Egipto nos sumerge en la ambientación de una obra adornada con columnas protodóricas, cortinas blancas y rojas, dejando entrever en el escenario, a tres actores vestidos con túnicas doradas ocupando el centro de la escena, esperando con un velo de misterio el desarrollo de la trama.

La obra clásica de Shakespeare relata el enamoramiento de Antonio con Cleopatra.

Cleopatra, la última reina de Egipto, tiene el poder de seducir y cautivar a los hombres, llevándolos a la perdición. Antonio encuentra la fatalidad ante sus ojos y abandona Roma mientras el enemigo avanza resuelto a librar la batalla por mar.

Cleopatra nos recuerda a la frase del poeta Lord Byron: “quieres demasiado bien, abandonas pronto”. Ella es inconstante en el amor, seduce al guardia, lo besa y a la vez, habla de estar perdidamente enamorada por Marco Antonio. “El placer presente con el tiempo cambia, se atenúa y se convierte en su contrario” (Shakespeare, 1994) generando dolor por la ausencia de la amada. Antonio busca liberarse del hechizo de Cleopatra pero es difícil, lo sabe y sufre ante su situación.

Ante la caída de Cleopatra, Octavio expresa mediante un mensajero, su voluntad de que se presente en Roma. Esta situación, donde ella no quiere ser expuesta como trofeo de guerra, lleva a Cleopatra a tomar una decisión trágica. El deseo de los amantes, la muerte rondando con su veneno los instantes, la fatalidad como único camino posible y la obsesión que conlleva la locura.

Los cambios de escena se resuelven apagando las luces mientras la música acompaña y se dispone la sumatoria o ausencia de elementos según se requiera. En cada escena hay un salto de meses, días en el tiempo fundamental para abordar la narrativa del teatro shakespereano.

El tipo de actuación es el que caracteriza al teatro isabelino donde el énfasis esta puesto en la palabra y la declamación. Por momentos, de manera frontal, el actor debe ubicarse en el escenario formando la crux scénica.

En esta apuesta, que se destaca por su escenografía, iluminación y despliegue actoral, la tragedia es vivenciada y representada de tal manera que los espectadores no salen inmunes. Hay momentos que sobresalen movilizándonos, expectantes ante una trama apasionante.

El despliegue de 18 actores en escena, las coreografías de danza egipcia y romana perfectamente organizadas por Yani Tommarello y la vestimenta que utilizan es formidable.

Mientras los actores principales dialogan, los demás traman, escuchan detrás de las cortinas e incluso mostrando como circulan los secretos.

En esta obra imperdible, se destacan las actuaciones de Paula Cantone como Cleopatra, Belén González como la adivina y Leonardo Corigliano como Demetrio.

Cleopatra es una obra dirigida y puesta en escena por Marcelo Silguero que, con sus 30 años de trayectoria en el teatro independiente, hacen que un clásico reviva.

Ficha:

Puesta en Escena y Dirección General: Marcelo Silguero.
Elenco: Paula Cantone, Alejandro Chagas, Juan Lucero, Pablo Fazzari, Agustín Almeyra, Cris Fernández, Nuria Cuadrado, Guillermo Alfaro, Belén González, Leonardo Corigliano, Ana Takko, Sebastián Bezzan, Nuria Storni, Fernando Cuéllar y Leandro Serrano.