Apenas el fin del mundo

Apenas el fin del mundo

Ficha

  • Datos de funciones:

    Funciones: Sábados 22:30hs
    Nün Teatro Bar.
    Juan Ramírez de Velasco 419

  • Prensa:

    Prensa: Gastón Aprea

 

El silencio de los que vuelven

Tras largos años de ausencia Lois decide volver a la casa de su madre, reencontrarse con sus hermanos e intentar cerrar el último capítulo de su vida:  su muerte. Él se va a morir. Lo sabe. Y nada parece tener sentido. Se siente solo, aislado del mundo; intentado aferrarse a el vacío de su propia existencia. Su familia, de la cual escapo hace tiempo, y mantuvo apenas algún efímero contacto a través de unas pocas cartas, esta ahí. Es el vínculo sanguíneo y los retazos de algunos recuerdos lo que los une. Las primeras palabras de Lois están dirigidas al público. Su pensamiento se abre a ese otro imaginario, compuesto de muchas miradas, buscando su complicidad. Eso que comparte es su mundo interior, que  a la vez,  es una hermética coraza que le impide apegarse al resto de los seres que lo rodean. En ese primer monologo, el protagonista, comparte su historia sin esperar respuesta. Todos los personajes de la obra deambularán por la escena, en un constante fluir verborrágico, sin esperar que el otro les responda. El dialogo es un puente que nos permite llegar al otro, construir un vínculo. Pero de eso, sin pretenderlo, escapan los personajes. “Lo que quise decir”, “lo que no puede”, “lo que intenté, pero no salió”, “lo que quisiera, pero no fue”; son muchos de los intentos fallidos de quienes se enfrentan a esta imposibilidad de relacionarse. Ante el silencio de Lois, las palabras se pierden en un inmenso laberinto de conversaciones sin sentido. Su madre, sus hermanos, y su cuñada, caen en la retórica de un lenguaje que se cierra en sí mismo. Son entes aislados. El hermetismo de Lois los incomoda, los increpa, los interpela y los llena de impotencia. ¿Qué quiere? ¿Qué les recrimina? ¿Por qué escapo? ¿Qué espera de su familia? ¿Por qué volvió?

La puesta captura de forma precisa y certera, el mundo por el cual se desplazan estos personajes. Los objetos que habitan la escena serán los mínimos e indispensables para el desarrollo de la acción. Los actores y actrices se apropian de los textos de la obra entregándose ante un público que los recibe con gran atención. En lo parejo de las actuaciones, los desplazamientos y las imágenes que se juegan, se ve la presencia de la dirección de Federico Ponce que guía, acompaña y le da forma al relato que configura la escena.  El diseño de luces cumple un rol fundamental. Crea distintos ambientes, instalándose en el escenario desde adentro, y generando los climas necesarios en cada situación.

La obra nos permite repensar las formas en que nos relacionamos con los otros, el sentido y la inexorable finitud de nuestra existencia. Es una propuesta ineludible para quienes buscan en el teatro la posibilidad abrirse a las preguntas que nos atraviesan  y cuestionan.

Ficha:

Actúan: Emilse Díaz, Chula Quevedo, Florencia Calvo Reiriz, Carlos Sims y Julián Vilar

Dirección: Federico Ponce

Categorías: Reseñas

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